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La mejor poesía en español de todo el mundo y para todo el mundo.

«Iluminaciones» (edición bilingüe), de Arthur Rimbaud

♦Ilustrado por Frederic Amat♦
♦Traducción de Miguel Casado♦

«Quedan zonas grises en lo que Verlaine llamó “fragmentos magníficos”, publicados bajo el título Iluminaciones. Estos textos habrían sido compuestos entre 1873 y 1875, según el relato de Verlaine, pero no existe ningún manuscrito propiamente dicho: sólo hojas separadas, sin paginación, reunidas con ocasión de la publicación en un orden no definido por el autor.»

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CUBIERTAEscritos entre 1873 (1872 en otras biografías) y 1875 –en especial durante las dos estancias de Arthur Rimbaud en Londres, primero con Paul Verlaine y un año después con el joven poeta German Nouveau–, los poemas en prosa de Iluminaciones son el corolario de una obra que sigue deslumbrando e interpelando a los lectores por su onirismo, su radicalidad profética y su gusto precoz por el desmarque la ironía disolvente. Rimbaud entregó el manuscrito de estas «illuminations» ( la palabra «iluminations» nunca apareció en la pluma de Rimbaud; sólo fue sugerido por Verlaine) a Verlaine en febrero de 1875, durante uno de sus últimos encuentros, pero el libro no vio la luz hasta octubre de 1886 y en el prefacio de esta edición original de 1886 publicada por La Vogue, Verlaine confirmó que “La palabra Illuminations es inglesa y significa grabados coloreados, placas coloreadas.”

La primera edición de Iluminaciones apareció en cinco números de la revista La Vogue, en París, entre mayo y junio de 1886, antes de ser reeditado en un volumen impreso en 200 ejemplares el mismo año, en otoño, acompañado de un prefacio firmado por Paul Verlaine.

Durante mucho tiempo se creyó que los poemas en prosa que componen esta colección habían sido escritos antes de Una temporada en el infierno. Esta idea fue reforzada por el testimonio de Isabelle Rimbaud que quiso hacer pasar Une saison en enfer como el testamento literario de un hermano que repudia sus errores como poeta.

El poeta, establecido a comienzos de esa década en Harar (Etiopía) como comerciante de café y armas de segunda mano y alejado completamente de su pasado literario por voluntad propia, no llegó a enterarse de esta publicación ni del impacto que tuvo en la poesía francesa de su tiempo.

Miguel Casado, Joan Tarrida y Frederic Amat

Miguel Casado (traductorr), Joan Tarrida (editor de Galaxia Gutenberg) y Frederic Amat (ilustrador) durante la presentación de ‘Iluminaciones’ de Arthur Rimbaud

Este volumen recupera la traducción ejemplar del poeta Miguel Casado, nuevamente revisada para la ocasión, y nos ofrece el admirable trabajo de interpretación del artista visual Frederic Amat, para quien la poesía ha sido siempre eje artístico y vocación de vida, como demuestran sus lecturas de Federico García Lorca, Luis Cernuda, J. V. Foix, Octavio Paz o Mark Strand, entre otros. Atento al impulso evocativo del poema –su capacidad para generar un impacto visual–, sus imágenes luchan por captar lo que subyace al texto o, como el propio Amat afirma, su silencio originario. El resultado es una obra fuertemente unitaria que aúna expresión e investigación y que pone en continuidad, en un diálogo fecundo y lleno de sugerencias, pintura y poesía.

Sólo me queda indicar que la edición original de Iluminaciones consta de 43 poemas y que la edición de Galaxia Gutenberg contiene 42. La razón, el poema O la face cendrée (Oh la cara cenicienta) se ha incluido en el anterior, Being Beauteous.

El autor:AUTOR 1
Rimbaud, Arthur (Charleville, 1854-Marsella, 1891) es una de las figuras centrales de la poesía moderna. Su obra, escrita en apenas cinco años y cerrada cuando no había cumplido la veintena, comprende –aparte de varios escritos en prosa– los libros de poesía Una temporada en el infierno (1873), el único que Rimbaud publicó de manera expresa, Iluminaciones (1886) y un conjunto de poemas sueltos de los que Paul Verlaine ofreció una muestra en su libro Los poetas malditos (1884) y que se reúnen en dos volúmenes póstumos: Relicario–Poemas (1891) y Poesía completa (1895), publicado con un prólogo de Verlaine. En 1875 renuncia por completo a la poesía y la vida literaria y emprende viaje por Europa y Asia. En 1880 se instala en Harar (Etiopía), primero como empleado de la agencia Bardey y más tarde como comerciante de café y armas. Aquejado de un carcinoma en la rodilla, Rimbaud fallece en 1891 en un hospital de Marsella tras serle amputada la pierna derecha. Tenía treinta y siete años recién cumplidos. Su influencia en la tradición de la poesía moderna ha sido incalculable y el enigma doble de su precocidad y su silencio –su desaparición– no ha dejado de interpelarnos desde entonces.

El ilustrador:20231130_135441
Frederic Amat (Barcelona, 1952), artista visual y escenógrafo, comienza en la década de 1970 una obra pictórica de corte experimental y conceptual, empleando los colores con fines expresivos y sometiendo sus lienzos a un proceso de manipulación en el que utiliza todo tipo de técnicas: collage, assembrage y barniz, entre otros. Desde 1986 ha colaborado como diseñador del espacio escénico, decorados y vestuario en espectáculos y representaciones teatrales y de danza. Ha ofrecido retrospectivas de su trabajo en el Museo Rufini Tamayo de México, la Fundación Joan Miró y la Pedrera de Barcelona y el Museo Thyssen-Bornemisza de Madrid. En contacto con otra de sus grandes pasiones, la literatura, también ha ilustrado obras como Las mil y una noches y La Odisea.

El traductor:
Miguel Casado (Valladolid, 1954) es poeta, ensayista y traductor. Ha traducido entre otros a Verlaine, Rimbaud, Francis Ponge, Bernard Noël o Gastão Cruz. Su obra poética se reúne en el volumen Deseo de realidad (2023). Sus más recientes libros de ensayo son La ciudad de los nómadas (2019, 2020), Un discurso republicano. Ensayos sobre  poesía (2020) y Fidelidad, ¿qué alientas? Lecturas de José-Miguel Ullán (2022).

El libro:
Iluminaciones ha sido publicado por la Editorial Galaxia Gutenberg en su Colección Ilustrados. Traducción de Miguel Casado. Ilustrado por Frederic Amat. Encuadernado en tapa dura con sobrecubierta, tiene 168 páginas.

Como complemento pongo el vídeo de la presentación de Iluminaciones de Arthur Rimbaud.

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Para saber más:
https://es.wikipedia.org/wiki/Arthur_Rimbaud

Después del Diluvio , primer folio del manuscrito entregado por Verlaine a Léo d'Orfer de La Vogue (departamento de manuscritos, BnF).

Después del Diluvio , primer folio del manuscrito entregado por Verlaine a Léo d’Orfer de La Vogue (departamento de manuscritos, BnF).

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«Baladas para después y odas», de Juan Ramón Jiménez

♦Edición de Soledad González Ródenas♦

«Edición definitiva de dos obras fundamentales de Juan Ramón Jiménez, cumbres del poema en prosa en lengua española»

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CUBIERTAYa convertido en uno de los más destacados referentes del modernismo hispánico, el joven Juan Ramón compuso una ingente cantidad de textos en prosa que irá reservando en sus archivos. La aparición de Platero y yo en 1914 da buena cuenta de la calidad de estas prosas, escritas en su mayor parte durante su retiro en Moguer entre 1906 y 1912, pero no será este gran libro un logro único ni aislado. Nacen en paralelo dos extensos poemarios que titulará Baladas para después y Odas libres, conjunto este último que más tarde sumará a Odas castas bajo el genérico epígrafe Odas. Al cuidado de Soledad González Ródenas, el presente volumen supera las deficientes recopilaciones póstumas y ofrece una fidedigna organización de sus contenidos, que tiene en cuenta las indicaciones anotadas por el poeta para su edición y recupera un buen número de composiciones inéditas, ampliando el corpus hasta ahora conocido.
Ambos libros suponen la más temprana e importante incursión de la lírica española en el debatido género del «poema en prosa». En ellos JRJ elude la melancolía decadentista y los tonos lúgubres de sus versos coetáneos para adentrarse en inflexiones que van de lo erótico a lo humorístico, pasando por lo coloquial, lo anecdótico o lo pictórico. Con estas breves y centelleantes prosas compondrá, además, una autobiografía lírica donde plasma sin cortapisas los devaneos –más carnales que sentimentales– que mantuvo con distintas mujeres, y a los que sólo puso fin su decisivo encuentro en 1913 con Zenobia.

Entrevista con la editora:
Soledad González Ródenas es una de las filólogas más prestigiosas de la galaxia juanramoniana.

–Sesenta y cinco años después de su muerte la obra de Juan Ramón Jiménez sigue de actualidad. ¿Cuáles son las principales razones?
En la historia de la poesía hay autores que son como cruces de caminos, puntos de confluencia que suponen hitos y a partir de los cuales se establecen nuevas direcciones y nuevos parámetros. Juan Ramón es uno de ellos, como lo fueron en su momento Garcilaso, San Juan de la Cruz, Góngora o Bécquer. Son maestros que heredan y renuevan la tradición literaria que los precede, hasta convertirse en modelos de referencia para otros poetas y «lugares» en los que los lectores de cualquier época habrán de recalar siempre. Conocer su poesía equivale a conocer una de las bases fundamentales de la lírica contemporánea. De hecho, Juan Ramón es ya un «clásico» en el sentido exacto que él dio a este término en su Segunda antolojía poética en 1922: «Clásico es únicamente vivo». A lo que añade en 1924: «Actual, es decir clásico, es decir eterno».

–¿Contribuye a esa «actualidad» el hecho de que en sus archivos se sigan encontrando «sorpresas»?
Desde luego. El alto grado de exigencia que se autoimpuso, su dinámica de trabajo —la llamada «Obra en marcha»—, que implicaba constantes correcciones de lo ya compuesto, retrasaron unas veces y dificultaron otras la publicación de sus libros. A ello hay que añadir su exilio en América, que lo obligó a dejar en España sus manuscritos y su biblioteca, sin los cuales le era prácticamente imposible editar su obra completa. Por otra parte, escribía mucho más de lo que le era posible publicar y, tras su muerte en 1958, se descubrieron en sus archivos gran cantidad de textos inéditos, que son los que sus estudiosos han ido recuperando póstumamente y que aún hoy día no han sido publicados en su totalidad. Es el caso de Baladas para después y Odas.

–Y en este sentido, ¿qué novedades aporta la edición de Baladas para después y Odas que se publica ahora en Vandalia?
Baladas para después y Odas son títulos cuya existencia se conoce desde que en 1962 Francisco Garfias recogiera algunos de sus textos en un volumen que tituló Primeras prosas. Desde entonces, el número de poemas pertenecientes a estos libros ha ido engrosando y publicándose de manera dispersa en antologías y revistas, lamentablemente con importantes deficiencias en la transcripción que después se han ido heredando, e incluso aumentando, de una edición a otra. Son libros en su mayor parte compuestos entre 1907 y 1915, y el papel —ya muy oxidado por el tiempo— y la dificultosa caligrafía del poeta requieren una especial atención que ahora facilita la digitalización de los originales. De hecho, no se habían vuelto a revisar esos originales y al hacerlo, además de poemas inéditos, he encontrado importantes errores en la ordenación y transcripción de los textos ya conocidos, que he «limpiado» y reorganizado con la ayuda de Carmen Hernández-Pinzón, sobrina nieta de JRJ, la cual desde muy joven trabajó con su padre Francisco Hernández-Pinzón en la ordenación de la obra del poeta y lo sigue haciendo actualmente. Para transcribir sus manuscritos hacen falta más de dos ojos y la colaboración de Carmen es indispensable por la mucha experiencia que acumula.

–¿Cuántos inéditos se recogen por primera vez en este volumen?
Entre baladas y odas he localizado cincuenta y dos textos inéditos, aunque no todos ellos están completos. Veintiséis son borradores inacabados que he agrupado en una especie de apéndice.

–¿Ha sido muy dificultoso localizarlos?
Bastante. JRJ no dejó, como podría imaginarse, sus libros inéditos perfectamente ordenados, esperando en un cajón que un editor los sacara a la luz. Tras su muerte, sus documentos anteriores a 1936 quedaron depositados en el Archivo Histórico de Madrid y los posteriores a esa fecha en la Sala Zenobia-Juan Ramón Jiménez de la Universidad de Puerto Rico en Río Piedras. El asalto que sufrió su casa en abril de 1939, sus continuos cambios de domicilio en América, sus recaídas de salud, así como la particular dinámica de su trabajo provocaron que actualmente su obra se conserve muy desordenada. Antes de publicar cualquier nuevo libro póstumo es necesario revisar todos y cada uno de esos documentos, y son miles y miles. En el caso de las Baladas y las Odas he tenido que revisar ambos archivos porque, aunque son libros compuestos antes de 1936, una parte de los textos le fueron enviados a América y otra se quedó en Madrid. A veces el principio de un poema está en Puerto Rico y su continuidad en España…

–Y, dentro de su trayectoria poética, ¿qué importancia tienen estos dos libros?
Ambos tienen la particularidad de ser poemarios en prosa y, en el momento en el que fueron compuestos no era este un género desarrollado en España. Con la obra de autores como Bécquer o Darío se había difundido un cierto gusto por la prosa lírica, pero no se había llegado aún a la concisión que da más importancia a la impresión o la sensación momentánea que al argumento. Son libros que compone en Moguer al mismo tiempo que sus Elejías andaluzas, la más conocida de las cuales es el célebre Platero y yo, y constituyen un verdadero ejercicio de renovación expresiva del que no veremos sus frutos hasta la publicación de Diario de un poeta recién casado. Ni Platero ni el Diario son logros aislados, en sus archivos se atesoraban estos poemas sin los cuales tales logros no hubieran sido posibles.

–¿Y por qué razones sí publicó en su momento ‘Platero y yo’ o el ‘Diario de un poeta recién casado’ y no ‘Baladas para después’ u ‘Odas’?
En ello tuvo mucho que ver la aparición de Zenobia en su vida. La conoció en el verano de 1913. Por entonces, Juan Ramón acababa de instalarse en Madrid, después de siete años de retiro en Moguer y llegó a la capital muy dispuesto a publicar cuanto había escrito en su tierra. Allí había vivido un lento proceso de renovación vital y estética. La composición de una buena parte de Baladas para después y Odas tiene su origen en las muy diversas relaciones amorosas y carnales que el poeta mantuvo con muy distintas mujeres antes de conocer a Zenobia. Estas relaciones también quedaron plasmadas en otros libros en verso como Laberinto y Libros de amor. De todos ellos sólo llegó a publicar Laberinto y, a pesar de que es el menos explícito, disgustó profundamente a Zenobia. No parecía buen camino para conquistarla publicar los demás, donde el componente erótico es a veces muy directo y evidente. De hecho, la tercera parte de las baladas y las odas en su conjunto son un excelente testimonio de su evolución sentimental y sexual hasta consolidar su relación con Zenobia. Su nombre nunca aparece en los textos, no obstante, ella es la protagonista absoluta de sus «Odas castas», en las que rinde tributo de amor y admiración a la mujer que borró de su vida a cuantas antes creía haber amado.

–¿Es posible que esos poemas eróticos tan explícitos surjan más de la imaginación que de la experiencia?
Yo diría que basta leerlos para concluir que no.

La edición incluye ocho páginas con fotografías, tanto familiares como como de los manuscritos, a todo color.

Lee y disfruta de las primeras páginas del libro.

El autor y su editora:juan-ramon-jimenez
El nombre de Juan Ramón Jiménez (1881-1958) no requiere mayor presentación. Premio Nobel en 1956, figura central de la poesía contemporánea, su vasta producción en verso y prosa -desde Ninfeas Piedra y cielo a La estación totalEspacio o Dios deseado y deseante, desde Platero y yo a Españoles de tres mundos– es una cima de la expresión literaria en castellano. Seix Barral, que publicó ya en 1985 Guerra en España, en edición al cuidado de Ángel Crespo, dio a conocer la reedición facsímil de Canción, una de las recopilaciones mayores de la poesía juanramoniana, así como reeditó sus Historias y cuentos y la edición definitiva de sus Elejías andaluzas.

La editora, Soledad González Ródenas, dedicó su tesis doctoral al estudio de la biblioteca de Juan Ramón Jiménez y ha publicado ediciones impecables de distintas obras del poeta de Moguer: Platero y yo y Josefito Figuraciones (2004) –en colaboración con H. T. Young–, Música de otros. Traducciones y paráfrasis (2006), Antolojía poética (2007), Guerra en España (2009), Por obra del instante. Entrevistas (2013), Isla destinada (2015), Segunda antolojía poética (2017), Poemas impersonales (2020), Diario de un poeta recién casado (2021), Diario íntimo (2022) y En la rama del verde limón (2022). Ha escrito numerosos artículos y coordinado los volúmenes de ensayos Cien años de Platero y yo (2017), en colaboración con Eloy Navarro, y Diario de un poeta recién casado. Nuevas lecturas (2022).

El libro:
Baladas para después y Odas ha sido publicado por la Editorial Fundación José Manuel Lara en su Colección Vandalia. Edición de Soledad González Ródenas. Encuadernado en rústica con solapas, tiene 424 páginas.

Como complemento pongo un vídeo grabado en el Instituto Cervantes de una conferencia, impartida por la especialista juanramoniana Soledad González Ródenas titulada 1918-2018: Juan Ramón Jiménez, eternidades y momentos transitorios.

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Para saber más:
Juan Ramón Jiménez en el Instituto Cervantes.
Juan Ramón Jiménez en Wikipedia.

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