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«A orillas del tiempo. Historias entre mundos dos mil años atrás», de Fernando Wulff

«El encuentro crucial de tres culturas –China, india y el mundo grecorromano– en un mismo tiempo y lugar: el océano índico en los albores de nuestra era.»

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CUBIERTALa inmediatez de la actual globalización nos hace a menudo olvidar que esta es solo una más de todas las que nuestro mundo ha conocido. La primera, hace alrededor de dos mil años, fue el momento con mayores conexiones de la historia, pero también el de mayor extensión del pensamiento y la cultura escrita, cuando surgen o se consolidan las culturas grecorromana, china e India.
Tres miradas y tres viajeros —Trajano, Gan Ying y Sahadeva, personaje de la épica india— servirán en este libro para corporizar en toda su plenitud una esfera compartida que canta a muchas voces, tan diversas como las fuentes documentales utilizadas para escribirlo: estatuas, tesoros, monedas, contratos, discursos, debates, poemas, manuales sobre el Estado, la buena vida o la salud, reflexiones sobre la condición de las mujeres, intentos de medir el mundo...

«La frontera más rentable del mundo en ese momento es el Mar Rojo que da hacia la India. Estrabón nos habla de 120 barcos que van desde un punto dado a la India y traen todo tipo de cosas, entre otras la pimienta: la cocina romana no se entiende sin ella.»

Las tres miradas partieron de tres lugares y de tres personajes distintos.
La primera, en el año 116, es la de un emperador romano, Trajano, que mira hacia el Oriente, a la India, desde el golfo Pérsico. Ha llegado allí en una campaña militar victoriosa, aunque nada exenta de peligros, tras entrar en el territorio del imperio enemigo de Roma, el parto, y bajar por el río Tigris.
Ya en el golfo Pérsico, el triunfante emperador ve un barco que se dirige a la India. Lamenta entonces no poder viajar allí dada su edad. Las cosas no irían muy bien para él en adelante, y ese lamento no será el único, pero eso es otra historia, y nosotros lo dejaremos por ahora en ese lugar, junto al mar, oteando, deseando. No será por mucho tiempo. Con él empezaremos nuestra ronda de miradas y de historias.

La siguiente mirada es la de un legado chino, Gan Ying, y sucede apenas un poco antes, en el año 97. Podríamos imaginarla encontrándose con la de Trajano en algún punto intermedio, porque la dirige precisamente a Occidente. Gan Ying había sido enviado por Ban Chao, General Protector de las Regiones
Occidentales, para llegar a Roma y conectar los dos imperios, los dos mundos, y hacerlo saltando por encima de los partos, inevitables intermediarios en la vía terrestre.
La China de los Han, una dinastía ya entonces con casi trescientos años, sabe muy bien qué es y dónde está Roma. Otro Han había abierto dos siglos antes las rutas que iban de China al Asia central occidental, a los lugares donde Alejandro Magno se había visto obligado a detener su avance. Gan Ying las sigue, llega al Asia central occidental y continúa hacia el sur arribando al mismo mar que Trajano.
Al llegar a un determinado lugar, que hoy desconocemos, renuncia a seguir su viaje asustado por lo que, quizás de manera interesada, le dicen acerca de la duración de su viaje. Su mirada no es tan firme: empieza con esperanza, pero acaba también teñida por la frustración. El tiempo, aunque de otra manera, tiene que ver directamente con ello. Y tiene aún más que ver con quien lo manda, el general Ban Chao, que se siente, como Trajano, ya viejo. Pronto Ban Chao volverá a la capital tras muchos años en las remotas tierras occidentales y entre los éxitos que se le reconocerán no estará el de cumplir el sueño que encarnaba su enviado.

«Son muchos los restos materiales, muchos los testimonios y apreciaciones (Plinio, Heródoto, Dión Casio, Diodoro Sículo… ) en los que se apoya Wulff para componer esta historia global del mundo antiguo y sus caminos.»

La tercera mirada es la más elusiva de todas. Pertenece a Sahadeva, personaje de una épica india que puede muy bien haber sido escrita por estos años, el Mahabhárata. Sahadeva, uno de los cinco hermanos Pandavas, llega a un lugar de la costa noroccidental de la India, del que sabemos algo más que del lugar al que llegó Gan Ying. Está cerca de una ciudad que conocemos en su nombre en griego y en sánscrito,
Bharukaccha y Barígaza, que aún existe hoy, Bharuch, en el Gujarat. Con otros tres hermanos suyos se ha repartido los puntos cardinales, sometiendo tierras para quien será proclamado pronto, en una fastuosa ceremonia, como emperador del mundo: su hermano Yudhishthira.
Desde ese lugar Sahadeva envía emisarios a Roma, a Antioquía y a la «ciudad de los griegos», Alejandría de Egipto seguramente, para que acepten su sometimiento a Yudhishthira. Todos ellos lo hacen y Sahadeva sigue su camino hacia la rica Bharukaccha, donde su prudente rey también se someterá a quien pronto será coronado como emperador del mundo.
Podemos contarlo así y seguir camino, pero también podemos mirar no al Occidente que habría de contener a la Roma sometida, sino a la mirada que se esconde detrás de Sahadeva. La pregunta importante, como tantas otras veces, es quién cuenta la historia, quién nos hace imaginar al personaje, quién nos lo presenta mirando a Roma y Occidente y proclamando a través de los emisarios el poder universal de ese monarca al que pronto se ungirá. 

Tú podías haber ido desde Málaga o desde Londres (o Londinium) a Corea y no era complicado. Podríamos decir además que pasarías por tres poderes imperiales: por Roma, que se podía coger un barco hasta Egipto, allí pasas al Mar Rojo, donde coges unos barcos que van y vienen a la India en el año -tienes que estar allí por mayo-. Llegas a la India, a la desembocadura del Indo y ahí estás bajo la hegemonía del imperio kushán, que controla de forma directa o indirecta territorios hasta el Asia Central, donde están los chinos, que pueden garantizarte en buenas épocas seguir hasta la capital de China y hasta Corea.

«Tres miradas  de tres viajeros pueden ayudar a visualizar todo esto cuando se desarrolla la segunda gran globalización: las del veneciano Marco Polo en el siglo XIII y el bereber Ibn Battuta en el XIV que llegan a China y la del almirante chino Zheng He, que llega a Arabia y África a comienzos del XV.» [Pág. 496]

Lee y disfruta de las primeras páginas del libro.

El autor:AUTOR
Fernando Wulff Alonso (Santiago de Compostela, 1955) es catedrático de Historia Antigua en la Universidad de Málaga. Ha trabajado, en particular, sobre la Roma republicana y sus modelos de dominación —Sin noticias de Italia (2021)—, sobre personajes femeninos poderosos de las épicas, desde Mesopotamia hasta el Cantar de los Nibelungos pasando por la Ilíada y la Odisea —El peligro infinito (2015)—; sobre historiografía y usos de la historia en la construcción de identidades colectivas —Las esencias patrias (2003)—, y sobre las relaciones del mundo grecorromano con la India —Grecia en la India (2008)—.

El libro:
A orillas del tiempo. Historias entre mundos dos mil años atrás ha sido publicado por Ediciones Siruela en su Colección Biblioteca de Ensayo / Serie mayor 141. Encuadernado en rústica con solapas, tiene 528 páginas.

Como complemento pongo en el siguiente enlace una conferencia de Fernando Wulff Alonso titulada Grecia y la India en la Universidad del País Vasco.

https://ehutb.ehu.eus/video/58c66f63f82b2b1b068b456d

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Para saber más:
https://www.uma.es/ciencias-historicas/info/56488/fernando-wulff-alonso/

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«Figuras del destino. Mitos y símbolos en la novela artúrica medieval», de Victoria Cirlot

«Este ensayo propone una nueva lectura de la novela artúrica en la que las voces y acciones de sus personajes han sido restauradas para un oído y una visión actuales: Lancelot ante la carreta, Tristán ante la copa que contiene el filtro del amor y Perceval ante la súbita aparición del Castillo del Grial son las tres figuras analizadas, y abren tres posibles vías definidas como sacrificio, amor y búsqueda.»

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Creo que no descubro nada cuando digo que Victoria Cirlot es una de las mejores filólogas románicas que tenemos en España especializada en la Edad Media y dentro de ella en la cultura caballeresca y mística. En este blog ya he reseñado dos de sus libros, «Vida y visiones de Hildegard von Bingen», y «La mirada interior. Mística femenina en la Edad Media» en colaboración con Blanca Garí; así como en la revisión de traducciones: «Canciones», de Hadewijch; en notas a una nueva edición: «Sufismo y Taoísmo. Ibn ‘Arabî, Laozi y Zhuangzi», de Toshihiko Izutsu; o en prólogos como en el libro de Clara Janés «Kamasutra para dormir a un espectro».

CUBIERTAPublicado originalmente en 2005 —aquí quiero decir que me gusta más la cubierta de esta nueva edición que la de 2005— con el subtítulo Mitos y símbolos de la Europa medieval, Figuras del destino nos permite el encuentro con aquellas historias que adquirieron forma escrita en la Edad Media europea, antiguos mitos surgidos de un fondo pagano, céltico y germánico —bardos y juglares—, que grandes escritores de los siglos XII y XIII, franceses y alemanes, consideraron dignos objetos de escritura y reflexión. La fugacidad de los relatos orales fue sustituida por la fijeza del manuscrito y la visibilidad literaria se combinó con la plástica, donde las miniaturas proporcionaron en ocasiones una magnífica síntesis de los acontecimientos narrados intensificándose así el valor emblemático del relato.
Las vieja historias narradas  en los antiguos mitos, adquirió en la cultura cortés y caballeresca de la Europa medieval un estilo propio dentro del nuevo género de la época, la novela artúrica, lugar de confluencia del celtismo y cristianismo, paganismo y humanismo. El mito del amor de Tristán e Iseo, el de Lancelot y la reina, o el de la búsqueda del Grial fueron narrados una y otra vez, como si cada nueva versión pudiera llegar más hondo en la profundidad de su significado.

Este libro propone una lectura de la novela artúrica en la que las voces y acciones de sus personajes sean restauradas para el oído y la visibilidad actuales, pues la novela artúrica contiene, por un lado, los restos de la sabiduría de los mitos europeos y, por otro, la moderna reflexión de los escritores de los siglos XII y XIII que supieron conservarlos y transmitirlos a las generaciones venideras.
Los tres primeros capítulos del libro plantean que la novela contiene y desarrolla una idea de la vida: la vida como destino (capítulo I) y la vida como aventura (capitulo II). Que la novela artúrica tiene como tema a la vida misma como aventura (capitulo III). Los tres capítulos centrales  se ocupan de tres figuras del destino que la autora ha podido vislumbrar en el corpus de textos artúricos: Lancelot (capítulo IV), Tristán (capítulo V) y Perceval (capítulo VI). Los tres últimos capítulos se sumergen en el lenguaje de la negatividad, pues las novelas artúricas integraron un incipiente nihilismo, asumiendo la posibilidad de que la vida careciera de sentido, y así está recogido en los capítulos VII y VIII. El último capítulo, el núcleo originario de este libro, está reservado a la idea de la muerte y a la enseñanza acerca de cómo afrontarlo.

El libro incluye una amplísima bibliografía.

La autora:AUTOR
Victoria Cirlot nace en Barcelona en 1955. En la actualidad es catedrática de filología románica en la Facultad de Humanidades de la Universitat Pompeu Fabra de Barcelona, y Directora del Doctorado en dicha Universidad. Se ha dedicado al estudio de la Edad Media: cultura caballeresca y mística. Realizó diversas traducciones de novelas artúricas de los siglos XII y XIII del francés antiguo, como por ejemplo Perlesvaus o El alto libro del Grial (publicado en Siruela con varias reediciones) y también de lírica trovadoresca (Jaufré Rudel, El amor de Ionh, Columna, Barcelona 1998). Entre sus libros dedicados a la novela artúrica destaca Figuras del destino. Mitos y símbolos de la Europa medieval, Siruela, Madrid 2005. En el ámbito de la mística medieval se ha ocupado de Hildegard von Bingen (Vida y visiones de Hildegard von Bingen, Siruela, Madrid 1997-2006), así como de otras escritoras místicas (La mirada interior. Escritoras místicas y visionarias de la Edad Media, Siruela, Madrid 2008, en colaboración). Ha trabajado acerca del fenómeno visionario en estudios comparativos de la Edad Media y siglo XX : Hildegard von Bingen y la tradición visionaria de Occidente, Herder, Barcelona 2005, y en La visión abierta. El mito del Grial y el surrealismo, Siruela, Madrid 2010). Es directora de la colección El Árbol del Paraiso de la editorial Siruela. También se ha ocupado de la edición de la obra de su padre, el poeta y autor del Diccionario de símbolos, Juan Eduardo Cirlot.

El libro:
Figuras del destino. Mitos y símbolos en la novela artúrica medieval ha sido publicado por Ediciones Siruela en su Colección El Árbol del Paraíso,109. Encuadernado en rústica con solapas, tiene 309 páginas.

Como complemento pongo el vídeo de una conferencia impartida por Victoria Cirlot titulado Las leyendas artúricas. Aunque la presentación es en catalán, la conferencia es en español.

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Para saber más:
Victoria Cirlot en Wikipedia
Victoria Cirlot en Universitat Pompeu Fabra

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