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«Flores de fuego», de Victoria León

«La poesía es el puente
que une nuestra nada
con la nada del mundo
para hacer que de ellas
nazcan flores de fuego
cuya luz nos redime.»

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CUBIERTA flores-de-fuego_victoria-leon_202212010928Como los de su primera entrega, con la que Victoria León ganó el Premio Iberoamericano de Poesía Hermanos Machado, los poemas de Flores de fuego, escritos entre 2018 y 2022, parten de una poética y unas concepciones estéticas fundamentadas en el clasicismo y la lengua natural, ensayando nuevas formas y tonos. Dividido en cuatro secciones, que dialogan entre sí o con lecturas de Cioran (a quien se debe la metáfora del título), Lucrecio, Nietzsche, Goethe, Marco Aurelio, Zweig, Keats, Breton, Foscolo o Cernuda, el libro tiene la soledad como gran tema común: la soledad como destino humano, pero también como faro desde el que nace e irradia la poesía para iluminarnos y tendernos paradójicos puentes con la vida, o como búsqueda del alma del mundo en el sentido platónico, necesaria para crear y vivir plenamente.

La primera parte, inspirada por la sinfonía Séptima de Mahler, la forman poemas que tratan de la noche como símbolo de la existencia, entendida como un camino de exploración y conocimiento.
La segunda, escrita durante el confinamiento pandémico, aborda la dialéctica del recuerdo y el olvido, la presencia y la ausencia, la huida hacia dentro y la renuncia serena a lo que acaba, pero también la necesidad de ir al encuentro de los otros.
La tercera es una mirada al pasado, una constatación de la identidad heterogénea y cambiante, una pesquisa de las propias huellas a través del afecto y la amistad, la unidad y la plenitud restituidas.
Los poemas finales buscan una poesía celebratoria que encuentra en el amor y el deseo otro nombre de la fe y de la esperanza.

En  una entrevista la autora confiesa que en este segundo libro, ha querido experimentar mas registros, ensayar nuevas formas e incluso transitar nuevos tonos. Flores de fuego es un libro en el que, además, se superponen distintas etapas que dialogan entre si, e incluso con los poemas de Secreta luz. Un libro quizá menos unitario que el primero, pero más rico en su heterogeneidad que aquel, del que se diferencia en que además acentúa, sobre todo en su parte final, la búsqueda de lo celebratorio: si en mi primer libro, que hablaba de la experiencia de la de la pérdida, predominaba lo elegíaco, el segundo ha querido ser una afirmación vitalista del amor, la amistad, el deseo y la esperanza que merece la pena buscar y reencontrar una y otra vez, aunque para ello sea necesario atravesar noche, sombras y soledades.

Lee y disfruta de las primeras páginas del poemario.

La autora:Victoria León
Victoria León (Sevilla, 1981) es licenciada en Filología Hispánica por la Universidad de Sevilla y traductora literaria. Ha vertido al castellano alrededor de cincuenta títulos de autores entre los que se cuentan Mary Shelley, Oscar Wilde, R. L. Stevenson, John Ruskin, William Beckford o Ugo Foscolo, y es autora del libro de aforismos Insomnios (2017) y el poemario Secreta luz (Vandalia, 2019), por el que obtuvo el IX Premio Iberoamericano de Poesía Hermanos Machado.

El libro:
Flores de fuego ha sido publicado por la Editorial Fundación José Manuel Lara en su Colección Vandalia. Encuadernado en rústica con solapas, tiene 112 páginas.

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Para saber más:
https://www.facebook.com/victoria.leon.52
https://www.instagram.com/victorialeonvarela/

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«Suite irlandesa», de Antonio Rivero Taravillo

«Fruto de su pasión por Irlanda, la obra rinde homenaje
a una cultura que es también forma de vida»

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Cubierta de 'Suite irlandesa'Desde su primera entrega, la poesía de Antonio Rivero Taravillo ha cultivado con regularidad la materia de Irlanda, un país y una cultura, incluida la lengua gaélica, que conoce como muy pocos entre nosotros. Es el tema, la pasión de una vida, sobre el que giran los poemas de esta Suite donde el autor ha reunido algunos poemas ya conocidos junto a otros nuevos —la gran mayoría del volumen— en los que retoma su profundo vínculo con los mitos, la historia, la literatura, la música y el arte de la verde Erín. Entre el largo poema inicial, «Dublín», dividido en treintaiséis movimientos, y el que hace de cierre, «La reina Maeve», ambos pertenecientes a la serie de inéditos, la sección «Hiberniae» contiene decenas de composiciones que alternan los referentes culturales y la propia experiencia, pues la fascinación por Irlanda es inseparable de su itinerario. El paisaje, las tradiciones, el sustrato céltico, aparecen de ese modo ligados a un acercamiento personal que lo es a la geografía de la isla, tantas veces recorrida, pero también al pasado de la vieja nación europea. Versículos, sonetos experimentales, haikus o hexámetros dan cuenta de la variedad formal del libro y de la destreza técnica de Rivero Taravillo, que inserta al modo joyceano versos en irlandés, en inglés o hasta en gallego.

Como salido de uno de los campos de turba que aparecen en la obra de Seamus Heaney, el yacimiento donde excava el poeta trae vida entrelazada con símbolos y arquetipos.

Reconocido en sus múltiples dedicaciones, tanto las de editor y traductor, como las de narrador, ensayista o biógrafo, Antonio Rivero Taravillo es además o sobre todo poeta, y así lo demuestra en esta nueva obra. Por ello, esta Suite irlandesa es un libro clave en su trayectoria, que además es inédito en su mayor parte.

¿De dónde surge su pasión por Irlanda?
Más allá de lo que se filtrara por el cine, la literatura y hasta las noticias, yo llegué a amar conscientemente a Irlanda por la música. La música tradicional irlandesa es riquísima y está viva y renovándose constantemente. Los irlandeses tienen fama de rebeldes, y yo siempre he sido bastante rebelde: incluyendo ir contra corriente en gustos musicales. Empecé a escucharla por casualidad en los primeros ochenta. Desde entonces a hoy, que acabo de regresar de un festival en Dublín. A partir de esa música accedí a las historias que cuentan sus baladas, y a la exacerbación de los ritmos más animados y la hondura de los más melancólicos. Irlanda es una pasión que no es insólita, pues la comparten muchos, solo que tal vez puede que ese virus me haya afectado a mí con mayor gravedad.

¿Qué tiene Irlanda y, sobre todo, su cultura que puede considerarse también una forma de vida?
Tiene algo exótico, estando tan cerca. Se encuentra a dos o tres horas de vuelo y a mil quinientos o dos mil años de nuestra prehistoria y nuestra historia. Hay en estas un sustrato céltico en el que nos reconocemos, una especie de déjà vu. Un espejo verde. Irlanda ha sufrido muchas desgracias, pero sigue siendo el suyo un pueblo alegre, que ha luchado por sobrevivir y al que le gusta vivir. En la literatura tiene una pujanza increíble. Un país que tiene solo cinco millones de habitantes ha dado cuatro premios Nobel de Literatura. Y no le han faltado candidatos justificados para la media docena. Uno que puede obtener el galardón en cualquier momento me decía hace pocos días en Dublín que tal vez el secreto de la propensión de los irlandeses a la literatura sea el conflicto con un idioma impuesto, el inglés, sin haber olvidado el molde del mundo gaélico, en el que la palabra tiene tanta importancia. Me lo decía a cincuenta metros de una exposición sobre W. B. Yeats, a doscientos de otra sobre Seamus Heaney y a cuatrocientos de un nuevo museo dedicado a la literatura del país, especialmente James Joyce.

¿Qué mantiene de sus anteriores obras en Suite irlandesa y que parte es novedosa, distinta, nueva?
En algunos de mis libros anteriores había poemas con tema irlandés. Los he recuperado en Suite irlandesa junto con numerosos que permanecían inéditos y que coloco ahora junto a ellos, más las dos incorporaciones citadas. Esos poemas anteriores en muchos casos tuvieron escasa circulación, y aquí se leerán como nuevos en un contexto en el que se enriquecen. Por otra parte, los más de 700 versos de la sección «Dublín» ya conformarían por sí un libro, absolutamente inédito. Y «La reina Maeve», ese epílogo al que me refería, nunca ha sido publicado. Es de una gran intensidad.

¿Qué cree que puede encontrar un lector en los poemas de Suite irlandesa?
Emoción, que no es poco. Si no le gusta la película El hombre tranquilo, si le dejan frío los poemas de Yeats, si no le dan ganas de bailar con unos reels de los Chieftains o echar una lagrimita escuchando a Mary Black, si prefiere el oro en el collar de un rapero al oro de los celtas en el Museo Nacional de Irlanda, si le dejan indiferente los acantilados de Moher, este libro no es para ese lector. No pasa nada. Le diría lo que invita a hacer la lápida de Yeats: «Sigue tu camino».

Lee y disfruta lsa primeras páginas del poemario.

El autor:Antonio Rivero Taravillo
Antonio Rivero Taravillo (Melilla, España, 1963) se estrenó como poeta con la plaquette Bajo otra luz (1989) y más tarde con el libro Farewell to Poesy (2002), seguido de otros hasta su anterior entrega, Los hilos rotos (2022, I Premio Ciudad de Lucena Lara Cantizani). Premio Comillas por su vida de Cernuda, y Premio Antonio Domínguez Ortiz de Biografías por Cirlot, ser y no ser de un poeta único, tiene además el Premio Rafael Pérez Estrada de Aforismos y el Premio Feria del Libro de Sevilla. Reconocido como uno de los más destacados traductores de poesía en lengua inglesa al español, suya es la versión de Poesía reunida de W. B. Yeats (2009). Ha vertido igualmente en traducción directa a muchos autores que escribieron en gaélico irlandés, como Flann O’Brien o Liam O’Flaherty. Otros libros suyos son Antiguos poemas irlandeses (2001) o En busca de la Isla Esmeralda (2017). Su más reciente novela es 1922 (2022). Dirige la revista Estación Poesía.

El libro:
Suite irlandesa ha sido publicado por la Editorial Fundación José Manuel Lara en su Colección Vandalia. Encuadernado en rústica con solapas, tiene 224 páginas.

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Para saber más:
Antonio Rivero Taravillo en Wikipedia.

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