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«Doce abuelas», de Pablo del Río

«Tengo la sensación de que solo demostraba pasión sobre el teclado de un piano. Un gran talento que escondía una penosa vulnerabilidad. A pesar de que viajaba por medio mundo, su cabeza nunca salió de Ribadesella. Desde aquel verano trágico permaneció encallada en ese mar furibundo, presa de una nostalgia imperecedera.»

MaudyReseña escrita por Maudy Ventosa.

Tras dedicar años a la docencia y más tarde al periodismo, Pablo del Río se estrena como escritor con una novela neo noir. Su ópera prima lleva por título Doce abuelas y ha sido publicada por Maeva.

Son los personajes principales, Genoveva y Adolfo, los encargados de narrar la historia en primera persona, utilizando en algún capítulo flashback para viajar a un pasado que nos lleva a entender el presente.

Cubierta de 'Doce abuelas'Pablo del Río sitúa la acción en el enclave maravilloso de la costa asturiana, que actúa como un personaje más; un lugar magnífico, bello y abrupto cuando el sol alumbra el paisaje; sobrecogedor si lo envuelve la niebla y el mar Cantábrico desata su ira contra los acantilados rocosos. Abundan las leyendas sobre náufragos, sobre marineros que no volvieron, sobre viudas que cada tarde miran el horizonte en busca de los seres queridos desaparecidos y que el mar se empeña en no devolver al hogar, porque es duro enterrar a un marido, pero más difícil es ponerle el sudario a un fantasma. Así nace la leyenda de las Doce abuelas, doce esposas que el dolor, la incertidumbre y la espera convirtió en abuelas tras un mes de espera. Los lugares por los que transita la historia son Ribadesella, colonizado desde el paleolítico y con una orografía diversa, un río, montes escarpados próximos al mar, macizos kársticos y un litoral en el que se alternan las playas, las praderías, los pedrales y los acantilados; los Acantilados del Infierno, altos farallones que se asoman al mar; bufones de Pría, fenómenos naturales originados por el efecto de la erosión del mar y la lluvia en la roca caliza, dando lugar a grietas y chimeneas que conectan el mar con la tierra. El golpe del oleaje en calma contra los acantilados provoca la expulsión del aire comprimido en las galerías, sin embargo, en días de fuerte marejada aire y agua escapan al exterior a gran presión con chorros de agua que alcanzan gran altura; Llanes, con impresionantes acantilados y numerosas playas; Tereñes, Berbes, la Playa de la Vega o la del Portiellu y, sobre todo, el mirador de El Frondil, a pocos kilómetros de Ribadesella, que es donde aparece el cadáver del internacional y virtuoso pianista Ricardo Manrique. Un lugar especial para él desde pequeño, donde pasaba las tardes ensimismado coleccionando insectos mientras sus padres hacían submarinismo y pescaban pulpos. Un mirador desde el que no se ve el mar cuando cae la niebla… ¿Qué miraba Ricardo? Porque nadie sube al mirador si no hay nada que mirar.

Estamos en 2018, es Navidad y como cada Nochebuena, Ricardo va a visitar a la tía Mercedes, la mujer que renunció a tener una vida propia cuando sus padres perecieron en un accidente. Se convirtió en madre, padre y psicóloga de él y de su hermana Beatriz. Una anciana afable que vive en una casa con huerto, que se cae a pedazos, rodeada de fotografías que llenan su soledad. El vermú con sus amigas también ayuda, a pesar de las piernas cansadas y la cabeza un poco embotada que acarrea. Su querido sobrino llegará pronto, como cada 24 de diciembre. Cuando lo ve sentado al piano, su corazón da un grito de alegría, hasta que le abraza y se da cuenta de que está congelado, muerto… ¿Quién va a creer a esta vieja que huele a alcohol cuando baja despavorida al cuartel de la guardia civil? Por supuesto, nadie, porque a veces los deseos nos juegan malas pasadas. Y si le añadimos que esta mañana seguramente se ha recorrido todos los bares del pueblo…

En Madrid, Genoveva, la esposa de Ricardo, espera nerviosa noticias de su marido, un hombre previsible que siempre avisa si se retrasa. Pero no contesta al teléfono y la angustia va ganando terreno a la desazón.

Pronto comenzará la búsqueda de la verdad, porque la explicación oficial no bastará para Genoveva y Adolfo cuando sus vidas se cruzan dos veces si reconocerse. Juntos se convertirán en sabuesos implacables que verán sospechosos en cada persona que rodeaba la vida opaca del pianista.

Giros insospechados hasta el final, aventuras increíbles, celos, venganza, corrupción, humor. Doce abuelas, cuenta con los ingredientes necesarios para que el lector también quiera jugar a policía. Y desde luego, volver a recorrer con detenimiento los lugares por los que transcurre la trama.

Seguro que, al final, tratar de olvidar no tiene que ser un síntoma de derrota, sino de adaptación… Y, hasta la próxima.

PERSONAJES:

  • Ricardo Manrique siempre ha tenido un aire ausente; su pelo es ensortijado y sedoso. Es un hombre formal, educado; un músico de prestigio, excepcional, nada común. Tiene 34 años. Frente al piano se transforma.
  • Genoveva, su mujer, es guapa sin deslumbrar. Rubia. Violinista. Sus ojos son del color de las espigas de trigo cuando empiezan a ponerse doradas. Lleva una vida cómoda, sin sobresaltos.
  • Adolfo Becerra es monitor de esquí. No es la primera vez que le despiden del trabajo, la última el día de Nochebuena por conducta inadecuada con los clientes. Sobrepasa los cuarenta. Publica en Instagram imágenes de objetos viejos desvencijados y en los que nadie repararía. Alto y delgaducho. Transmite una virilidad desganada y en cierto modo seductora. Su humor se sitúa entre lo irónico y lo melancólico.
  • Mercedes, la tía, ha hecho de madre, padre y psicóloga de Ricardo y Beatriz. Renunció a tener vida personal por cuidarles.
  • Irina es rusa. Tiene un precioso rostro alargado, de mandíbula y nariz afiladas, ojos de un azul eléctrico sin contaminar por la invasión de grises o verdes que maticen ese color tan puro. Es inteligente, brillante y especial.

Y Beatriz, la hermana y manager de Ricardo. Son como gemelos. Se necesitan mutuamente; y Paredes, el sargento de la guardia civil de Ribadesella, de patillas largas y orejas diminutas, pero con pliegues muy marcados; y Carla que tiene una larga melena rubia y fue el primer amor de Ricardo; y Mauro, que se comporta de manera educada y afable; de joven se dedicaba a la hostelería, un chiringuito en la playa de la Vega. Ahora es ganadero. Sus manos encallecidas son las de un trabajador, no las de un delincuente. Su hijo Víctor es amigo de Ricardo y también tocaba el piano de niño; ahora es poco sociable, con un carácter avinagrado, y muchos más…

Lee y disfruta de las primeras páginas de la novela.

El autor:Pablo del Río
Pablo del Río (Palencia, 1964) es licenciado en Filosofía por la Universidad autónoma de Madrid e inició su trayectoria laboral como profesor de Filosofía y Ética en diversos centros de Secundaria. En paralelo experimentó una gran atracción por el cine, hasta el punto de cambiar la docencia por el periodismo. Después de trabajar en la redacción de varias revistas profesionales de cine y televisión, en 2006 fundó su propia cabecera, Cameraman, desinada a divulgar los aspectos técnicos de la imagen cinematográfica. Como el lenguaje técnico exige contención y objetividad, empezó a escribir en horas robdas al sueño para contrarrestar esas severas descripciones. Doce abuelas es la primera novela que publica.

El libro:
Doce abuelas ha sido publicado por la Editorial Maeva en su Colección Maeva Noir. Encuadernado en rústica con solapas, tiene 416 páginas.

Como complemento pongo un vídeo en el que Pablo del Río nos habla de su libro Doce abuelas.

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Para saber más:
https://www.facebook.com/pablo.delriogarcia.5

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Archivado bajo Literatura, Literatura, Narrativa, Literatura. Novela Negra, Por Maudy Ventosa

«Perturbación». Entrevista a Rosa Blasco

Ayer publicamos la reseña del último libro de Rosa Blasco, PERTURBACIÓNEditorial Maeva Noir–, hoy les presentamos la interesante entrevista que la autora ha concedido al blog.

MaudyEntrevista realizada por Maudy Ventosa.

Cuando un escritor de novela policíaca se plantea una trama no siempre sigue el camino que le prepara al lector. En numerosas ocasiones inventa la historia al revés, a partir de la resolución del caso, y luego va completando la ficción con el resto de personajes, motivaciones y situaciones. Algo parecido sucedió en ‘Perturbación’.

Maudy- Asociamos asesinatos macabros a lugares sórdidos, ¿cómo encaja la belleza con el sufrimiento y el dolor infringido a otro?
Rosa-Esa asociación es fruto de la ficción imperante en este momento, tanto en la novela como en el cine. La realidad no es tan simple, y tampoco lo ha sido la ficción en el pasado (recordemos las novelas de Agatha Christie, con asesinatos en fabulosas mansiones inglesas, o la escabrosa escena de la película Fargo en medio de la contundente belleza de un paisaje nevado). La muerte siempre es macabra, sea natural o no, y lo cierto es que ocurre en todo tipo de lugares, también en los paradisíacos, que dejan de serlo en ese momento…transitoriamente. Creo que hay que contarlo todo.

M- ¿Una persona con celotipia patológica puede acabar matando? ¿Solo se supera con terapia o es un rasgo que se arrastra?
R– La respuesta a la primera pregunta, por desgracia es: sí. Ese es el origen de no pocos de los asesinatos de mujeres en nuestros días. Además, nadie está libre de experimentar el gusano de los celos, que va creciendo desaforadamente dentro de nosotros obviando la razón y la realidad. Recordemos a un personaje mítico de Shakespeare, Otelo, el moro de Venecia, inteligente, sagaz, poderoso…que por un rumor maledicente y falso llega a asesinar a Desdémona, su esposa, que era un ser angelical. Cuando los celos suponen un problema para el que los experimenta o para el que sufre sus consecuencias, se convierten en un trastorno, casi en una enfermedad. Con terapia psicológica pueden controlarse y, en ocasiones, incluso es necesaria una intervención psiquiátrica para superarlos. Y sí, hay personas con ese rasgo celotípico y otras sin él.

M- Simonetta Brey ya fue la protagonista de su primera novela «Premonición», ¿Tendremos saga con esta forense que comparte profesión con usted?
R– Tanto mi intención como la de la editorial Maeva es que la doctora Simonetta Brey sea la protagonista de una serie. De todas formas, tendremos que preguntarle a ella …

M- ¿Qué le ha enamorado de Menorca para que estas dos novelas con la misma protagonista se desarrollen en un ambiente con tanta luz?
R– Es difícil resumirlo y también es difícil entenderlo porque es una sensación particular, como la que puede experimentar aquella persona que goza coronando una cumbre o aquella otra que disfruta viendo un partido de fútbol. De Menorca me enamoró su plácido paisaje, el color de sus aguas marinas, la fuerza de sus vientos, el brillo de sus calles, el recogimiento de sus gentes…

M- Un terapeuta puede ayudar a analizar correctamente la situación que atraviesa el paciente, pero ¿la fuerza para superar los problemas siempre depende de él?
R– Si el paciente no tiene una mínima intención de colaborar va a resultar muy difícil, prácticamente imposible, ayudarle a salir del pozo. Sin embargo, con poca fuerza de que disponga, un buen terapeuta puede mostrarle la luz y juntos emprender el camino para la resolución del conflicto.

M- ¿Por qué garrapatas? Son bichos repugnantes…
R– Para el pasaje de las garrapatas me inspiré en un hecho real que me contó un policía. Vino a mi consulta porque, al acudir a una caseta donde un anciano ingresado en el hospital guardaba a sus perros, los encontró muertos y, en segundos, se vio invadido de la cabeza a los pies por un ejército de garrapatas. Me pareció una escena perfecta para una de mis novelas. En todas ellas los pasajes más insólitos son los que parten de hechos reales.

M- No es habitual que la amante de un sospechoso colabore en una investigación, ¿por qué aquí sí?
R– Porque esta novela es diferente, con una protagonista diferente y con unos personajes y una trama también diferentes. Me aburre leer siempre lo mismo y me aburriría escribir un tipo de historia repetida ya hasta la saciedad. Hoy en día es imposible la originalidad, pero prefiero arriesgar y escribir algo distinto. Yo lo paso mejor y sé que mis lectores también.

M- Los protagonistas de esta trama mienten, ¿puede basarse una relación en una mentira tras otra? Cuando la mentira mata la confianza ¿se puede recuperar alguna vez?
R– Más que mentir, creo que los protagonistas de Perturbación se ocultan información, pero no de manera perversa, no para perjudicar al otro, sino para salvaguardar la relación que acaba de comenzar. En todo caso son “mentiras piadosas”, algunas por cobardía, otras por amor, para no herir al otro. ¿Quién no ha hecho esto alguna vez? Si la relación prospera, como nuestros protagonistas son personas honestas, cuando todo salga a la luz sí pueden recuperar la confianza mutua. Pero todo esto es suposición…habrá que ver cómo se desarrollan los acontecimientos…

M- El pasado de los protagonistas está contado a través de vecinos y amigos. Recrea la vida de una ciudad pequeña en la que todos se conocen… ¿Vivir en su sitio tan pequeño tiene más ventajas que inconvenientes?
R– Eso va a gustos. Quien nunca ha vivido en localidades pequeñas puede sentirse intimidado al sentir de alguna manera la mirada de los demás “detrás del cogote”, sin embargo, la cercanía de vecinos, compañeros de trabajo…, la simplificación de la vida… también supone un gran atractivo para gente cansada de vivir en una gran urbe.

M- La protagonista se convierte en investigadora al margen de la policía, ayudando al que fue su amante. ¿No es algo muy atípico y poco profesional?
R– Lo típico es terriblemente aburrido, tanto en la vida como en la literatura. ¿Qué Simonetta Brey es una mujer, una médico atípica? ¡Por supuesto! Ahí radica su atractivo y su interés, de lo contrario ¿quién querría conocer sus aventuras, mis novelas? Que siga así…

M- Hay muchos candidatos para ser homicidas… ¿Cómo se decantó por el auténtico cuando todos tenían motivos para matar?
R– Cuando un escritor de novela policíaca se plantea una trama no siempre sigue el camino que le prepara al lector. En numerosas ocasiones inventa la historia al revés, a partir de la resolución del caso, y luego va completando la ficción con el resto de personajes, motivaciones y situaciones. Algo parecido sucedió en Perturbación.

M- ¿“Cazar al asesino” es un buen juego para aspirantes a investigadores?
R– Sí, sobre todo para aspirantes a investigadores que discurren desde la butaca de su casa, devorando el libro a la luz de una lámpara de lectura. Y debe de serlo porque la novela policíaca o de intriga jamás pasa de moda.

M- ¿Cómo se documentó para esta historia?
R– Llevo unos veinte años veraneando en Menorca, así es que voy conociéndola cada vez mejor. Los pocos días que visito cada temporada la isla observo, escucho, pregunto…al principio solo por saber y disfrutar del viaje, ahora por imaginar historias en sus calles, sus calas y sus intrincados caminos rurales. Es la mejor manera de obtener documentación.

M- ¿Thriller o guía de viajes?
R– Perturbación es un thriller en el que Menorca es uno de los protagonistas. Su insularidad, su paisaje mediterráneo, su toque británico (por la presencia de Reino Unido en el pasado), su herencia megalítica… hacen que la historia transcurra de una manera particular y sus personajes se vean inmersos en unas situaciones diferentes a las que se enfrentarían en otro sitio. Por eso es tan importante la ambientación de cada pasaje de esta novela, que creo es uno de sus puntos fuertes, junto al ritmo de la escritura y la singularidad de la trama.

M- Una Premonición es una intuición que adelanta el futuro y una Perturbación es una alteración o trastorno que perturba las facultades mentales. ¿Por qué estos títulos? ¿Cuál será el siguiente de esta pareja de investigadores?
R– El título de Premonición surgió sin planificar, de manera natural, mientras escribía la historia. Se trataba de un juego entre Simonetta Brey y el comisario Darío Ferrer que venía de años antes, de cuando se habían conocido, y que consistía en priorizar sus premoniciones a la hora de resolver los casos policíacos. Perturbación fue un título más meditado. Tanto mis editoras como yo queríamos que tuviera semejanzas con Premonición, para que los lectores lo localizaran fácilmente, pero con un significado y una fuerza que reflejara la parte oscura de su trama. Y ahí está. El siguiente…se verá.

M- Agradecemos sinceramente a Rosa Blasco que haya contestado a todas nuestras preguntas, deseando que la doctora Simonetta Breyse vea pronto inmersa en un nuevo caso con el que, sin duda, nos hará disfrutar de nuevo.

Rosa Blasco nos habla de su novela Perturbación.

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