«Céleste y Proust», de Chloé Cruchaudet

«La apasionante relación entre Marcel Proust
y su gobernanta Céleste Albaret»

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CUBIERTAChloé Cruchaudet se centra en la figura de Céleste Albaret, gobernanta de Marcel Proust, el célebre autor francés conocido por su obra En busca del tiempo perdido. Nacida en Lozère (Francia) en 1891, Céleste comenzó a trabajar para Proust con 23 años y su relación se extendió hasta la muerte del escritor en 1922. En ese tiempo Céleste se convirtió en una figura indispensable en la vida de Proust, yendo mucho más allá de sus labores como gobernanta, siendo su confidente, cuidadora y secretaria, gestionando su hogar, sus necesidades personales y sus exigentes horarios de trabajo nocturno. Dada la frágil salud de Proust y su dedicación obsesiva a la escritura, el papel de Céleste fue crucial para permitirle concentrarse en su obra literaria. Ella fue responsable de filtrar sus visitas, manejar su correspondencia y, en ocasiones, incluso contribuir a su proceso creativo al proporcionar recuerdos y detalles de la vida cotidiana que Proust incorporaría a su literatura, poniendo orden en sus anotaciones y ofreciendo soluciones prácticas para el meticuloso trabajo de revisión. Ella fue la inventora de las famosas paperolles que hicieron algo más fáciles a su editor, Gallimard, la incorporación de las infinitas correcciones que Proust hacía de su obra.

Después de la muerte de Proust, Céleste permaneció relativamente en la sombra hasta la publicación de sus memorias, Monsieur Proust, en 1973. El libro fue celebrado por ofrecer una perspectiva única y profundamente personal sobre la vida diaria de Proust, un escritor que, a pesar de su fama, había permanecido como un enigma para el público, que conocía su trabajo y algunas de sus supuestas rarezas, pero no la amabilidad, su esfuerzo y profesionalidad que tanto admiraba Céleste y que dieron lugar a su devoción.

Cruchaudet decidió centrar su obra en Céleste tras escuchar su voz, que le recordó a su abuela, en un programa de radio y quedar fascinada por su estilo único y su conversación repleta de humor. Para la autora era importante destacar la influencia de Céleste en la obra de Proust. Además, este personaje le permite mostrar la vida de las clases bajas en el París de la época, alejada de las comodidades y las fiestas de alta sociedad que frecuentaba Proust, al mismo tiempo que ofrece un acercamiento intimo a la vida del escritor. En este sentido, Cruchaudet nos muestra la fragilidad de Proust, acrecentada por su mala salud y sus horarios excesivos de trabajo; su incapacidad para cuidar de sí mismo, que se podía permitir gracias a su clase social; y su dificultad para encajar en una sociedad frívola y repleta de hipocresía.

En cuanto a su creación literaria, en el cómic se ve cómo gesta su monumental En busca del tiempo perdido. Muchas de las partes en las que Proust escribe se representan de forma onírica, ya que para Cruchaudet «la obra de Proust es mucho más sensorial que intelectual y el cómic es el medio ideal para mostrar estos diferentes estados, estos flashbacks, las múltiples realidades que se suponen y se mezclan». Estos momentos de escritura y ensoñación se encuentran representados en una paleta de azules que dotan a la escena de un ambiente fantasmagórico, como si la inspiración llegase de un plano diferente al real, y que atrapan al lector en un torbellino de imágenes y sensaciones.

También hay que resaltar la atención al detalle producto de una ardua investigación para reflejar la arquitectura, mobiliario y vestimenta de la época. Los personajes, además, están basados en fotografías que formaron parte del proceso de documentación, por lo que se puede apreciar el parecido con las personas reales.
Todos estos elementos hacen de Céleste y Proust mucho más que una biografía gráfica, ofreciendo una visión conmovedora de cómo el arte y la vida se entrelazan a través de dos personas de diferentes procedencias, educación y clases sociales, que acaban siendo esenciales la una para la otra. Así, no se puede entender la obra de Proust sin Céleste, como no es posible comprender la vida de Céleste sin la influencia que tuvo Proust en ella.

La autora:AUTORA
Chloé Cruchaudet nació en Lyon en 1976. Tras estudiar arquitectura y artes gráficas en Lyon, cursó estudios de animación en la escuela Gobelins. Los cursos desarrollaron su gusto por el dibujo del natural y un enfoque cinematográfico, en particular con el trabajo de storyboard, cuya influencia puede verse reflejada en sus dibujos. Su escritura se inspira en historias reales, libros históricos y autobiografías. Ávida lectora de sociología, descubrió la historia de Minik, que se convirtió en el héroe del álbum Groenland Manhattan, ganador del prestigioso Premio René Goscinny en 2008. Para el guion de Ida se inspiró en los pioneros relatos de viajes de mujeres durante el siglo XIX. El primer volumen fue seleccionado como uno de los mejores álbumes del año en el Festival Internacional del Cómic de Angoulême en 2010. Con Degenerado (2013; Lumen, 2024) regresó a la novela histórica y se zambulló en el París de los años veinte para contar la historia de Paul, un desertor que decide travestirse para esquivar la muerte. Este álbum le valió el Premio Landerneau, el Premio Lire al mejor cómic del año, el Gran Premio de la Crítica/ACBD y el Premio del Público del Festival de Angoulême 2014. Su último libro es Céleste y Proust (Lumen, 2024), ganador del Premio RTL al mejor cómic del año.

El libro:
Céleste y Proust (título original: Céleste «Bien sûr, monsieur Proust» – Première partie Relié – Illustré, 2022 y Céleste «Il est temps monsieur Proust» – Seconde partie Relié – Illustré, 2023) ha sido publicado por la Editorial Lumen en su Colección Lumen Gráfica. Traducción de Fabian Rodríguez Piastri. Encuadernado en tapa dura, tiene 264 páginas.

Como complemento pongo un vídeo en francés titulado Céleste Albaret, l’indispensable gouvernante de Marcel Proust.

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Para saber más:
https://es.wikipedia.org/wiki/Marcel_Proust
https://en.wikipedia.org/wiki/C%C3%A9leste_Albaret

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