Archivo diario: 7 May, 2014

7 de mayo de 1891

El 7 de mayo de 1891 en Madrid, España,  se coloca la primera piedra del edificio de la Real Academia Española.

Emblema de la Real Academia Española, con el lema de la Institución: Limpia, fija y da esplendor.

Emblema de la Real Academia Española, con el lema de la Institución: Limpia, fija y da esplendor.

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«El hombre que arreglaba las bicicletas» de Ángel Gil Cheza

“—¿Un escritor de novela negra que arreglaba las bicicletas a sus vecinos? Eso sí que parece un argumento de novela…”

Cubierta de: El hombre que arreglaba las bicicletas

Cubierta de: El hombre que arreglaba las bicicletas

Esta frase escrita en la página 84 del libro nos da una idea de lo que es la novela. Pero El hombre que arreglaba las bicicletas es algo más que una novela, pues en sus páginas hay poesía, poesía que encontramos en la relación de los personajes principales.
Ángel Gil Cheza es una persona campechana, que le gusta comunicarse y que trasmite el entusiasmo propio de las personas que han recorrido mundo pues en su relativa corta vida, tiene cuarenta años, ha desempeñado muy diversas profesiones como cartero, forestal,  camarero, dueño de un pub, barrendero, arqueólogo, albañil, asistente de artista fallero, cocinero, agricultor, y con solo veinte años cantante punk. Pero Ángel Gil Cheza  es licenciado en Humanidades y máster en Edición, y sobre todo es escritor.

El argumento de El hombre que arreglaba las bicicletas gira en torno al testamento de un escritor de novela negra que llevará a su viuda, a su hija y a una antigua novia irlandesa a convivir en el verano de 2008 en su casa de la costa valenciana junto a un taller de bicicletas. 
Una novela que comienza con la misión del abogado familiar de encontrar a la antigua novia del escritor para que esté presente en la lectura del testamento. Una labor difícil teniendo en cuenta que conoce únicamente su nombre y apellido y que su residencia se encuentra en Irlanda. Sabiendo esto, el letrado se pondrá en contacto con aquellas personas que cumplen estas dos premisas.

Ángel Gil Cheza y Guillermo Lorén

Ángel Gil Cheza y Guillermo Lorén

Un lugar idílico donde «una primera línea de casas del siglo pasado le plantaba cara al mar, que en los últimos treinta años se había comido veinte metros de costa». Sin embargo, de aquella fortificación que daba nombre a la playa quedaba en pie un «viejo muro ya casi convertido en ribazo. Era lo que quedaba de lo que popularmente se conocía como el castillo pero que nunca fue tal, sino un cuartel militar de época republicana».
«Un poco más al norte» de Platja del Castell-L’Horta del Mar se ubica Les Casetes, «un grupo de viviendas que está en la misma carretera» y «donde se encuentra la oficina de correos, el médico, la panadería: todo lo que necesitamos la gente de la playa para no tener que desplazarnos hasta L’Horta del Mar».
El escenario del amor que vivieron, en el otoño de 1992, aquel escritor de novela negra ahora muerto y su novia irlandesa fue Barcelona: «ciudad propensa para soñar» y que en esa fecha «acababa de vivir los juegos olímpicos y era la ciudad europea por excelencia. Además, en la calle se vivía una explosión cultural underground. Barcelona era el centro del mundo».

La riqueza descriptiva, y sobre todo el amor llenan esta novela, que, publicada con anterioridad en Amazon alcanzó los primeros puestos de ventas durante meses. La Editorial Suma de Letras ha tenido la magnífica idea de publicarlo en papel.

Es una novela que le ha salido redonda al autor y lo mejor de todo es que tiene un final totalmente inesperado.

Como colofón transcribo unas frases que me han parecido muy interesantes.

«Porque sabido es que las historias que cuentan los escritores navegan en un mar de recuerdos y sentimientos que salen a flote en la piel de sus personajes. Y esas historias son navíos que nunca levan anclas del todo. Siempre están ancorados de algún modo en el corazón del autor». [pag. 112]

«Las vidas que tenemos no empiezan cuando nacemos sino mucho antes. Podemos ser fruto de una mirada, de una sonrisa o de un tropiezo casual en un tren. Tú fuiste fruto de un baño en una madrugada de verano. No he vuelto a ver amanecer sin recordarla. Y tampoco he podido mirarte nunca sin transportarme aquí, de pronto, y sentirme rodeada por los brazos de papá». [pag. 179]

Como publica mi amigo Javier Velasco en su blog Todo Literatura: «Ángel Gil Cheza escribe como un poeta que nunca escribió un solo verso. Lo hace con contundencia y dureza cuando la trama lo requiere y con delicadeza y lirismo cuando la trama se lo pide. Su novela engancha y su lectura es rápida, porque te atrapa desde el comienzo. Con varios vuelcos magistrales y con un final espectacular e inesperado».

Lee algunas páginas del libro.

Ángel Gil Cheza.

Ángel Gil Cheza.

El autor:
Ángel Gil Cheza nació en Vila-real en 1974. Es licenciado en Humanidades y máster en Edición. Fue baterista del grupo punk Mala Hierba a los trece años y editor del fanzine Sátira Coenta a los quince. En los años noventa destacó como cantautor. Publicó la cassette Futuro (1998) y el disco Con la miel en los labios (2005). Desde hace un tiempo su actividad laboral gira en torno al mundo de la edición, donde trabaja como editor de mesa freelance, imparte clases en diferentes centros y asesora a otros autores. Actualmente dedica el tiempo a escribir y cuidar un huerto de naranjas ecológicas.

El libro:
El hombre que arreglaba las bicicletas ha sido publicado por la Editorial Suma de Letras. Encuadernado en rústica, tiene 252 páginas.

Cómpralo a través de este enlace con Casa del Libro.

Como complemento pongo un vídeo protagonizado por el autor.

El hombre que arreglaba las bicicletas. Ángel Gil Cheza — Booktráil

Para saber más:

Su página web: www.angelgilcheza.com está en construcción. Próximamente disponible.

 

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