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«A LAS HURDES le duele la memoria», de Maudy Ventosa de la Cruz

«…Nosotros por el contrario hemos confesado que no hallamos en Las Hurdes ninguno de los elementos legendarios que sirvieron de tema a los cronistas, ni razas distintas, ni seres salvajes y de costumbres extrañas, ni pueblos de liliputienses, sino solo alquerías habitadas por pobres gentes, inteligentes y dulces pero asoladas, ignorantes y, sobre todo, temiblemente hambrientas y enfermas de gravedad.
Marañón afirma que el problema de Las Hurdes es un problema sanitario (Comisión formada por los doctores Goyanes, Hoyos Sainz, Bardají y Marañón). Madrid, marzo de 1922.

Siempre he sabido que el sinónimo más claro de pobreza era “Hurdes”; una tierra agreste, dura y recóndita al norte de la provincia de Cáceres en la raya con la provincia de Salamanca. Limita con la Sierra de Gata, las Tierras de Granadilla y la sierra de Francia —Salamanca—. Tiene una extensión de 499,37 Km cuadrados y lo forman seis municipios.

Fue la zona más deprimida y atrasada de una España no muy lejana y nunca imaginé que un recorrido por el corazón de esta comarca removería en mí emociones tan profundas. Estamos en el verano de 2022 y han pasado cien años desde que el rey Alfonso XIII realizara un viaje de cuatro días a Las Hurdes —el 20 de junio de 1922—, junto con doctor Gregorio Marañón y una pequeña comitiva de fotógrafos de prensa y dos periodistas. Visitaron Casar de Palomero, Caminomorisco, Nuñomoral, Casares de las Hurdes y Las Mestas.

Imágenes tomadas en el Centro de Interpretación de El Gasco del documental de Buñuel Las Hurdes, tierra sin pan”. (Fotos audy Ventosa)

Imágenes tomadas en el Centro de Interpretación de El Gasco del documental de Buñuel «Las Hurdes, tierra sin pan”. (Fotos Maudy Ventosa)

Si no se habla de algo, es que no existe… Cuando la historia duele tanto, es terapéutico pasar página y dejar que la memoria selectiva borre los malos recuerdos. Aunque no sean vivencias personales, propias, sino de nuestros antepasados cercanos. Es muy difícil querer admitir la miseria extrema en la que vivieron los abuelos y, posiblemente los padres, ya ancianos o recién fallecidos; es más cómodo negar unas condiciones de necesidad extrema, de carencia absoluta porque no había de nada en esta economía de subsistencia, en esta tierra en la que era imposible la siembra de cereales.

Existió una leyenda negra, siniestra, que asimilaba la palabra hurdano —o jurdano— a salvajismo degenerado, a gentes dejadas a su suerte en este núcleo abandonado de la civilización cercana; desamparados social y culturalmente. La bibliografía antropológica se encargó de explorar y divulgar determinados aspectos de la vida de los habitantes de la comarca que alimentaba la fábula y los hacía parecer “diferentes” a las gentes civilizadas y decentes que se convertían en jueces. Ahondaba en sus carencias y desgracias para mostrarlos pérfidos y amenazadores. ¿Tragedia o realidad? ¿Mitos o certezas?…como la del “panaero limosnero”, esa persona que recorría comarcas vecinas solicitando la caridad en forma de mendrugos de pan, con los que alimentar a los vecinos de las alquerías a su regreso. Esta práctica, los moralistas lo achacaban a su miseria espiritual, a su vagancia y a la abulia extrema.

Otra fuente de ingresos de los hurdanos, es la que se denominaba “crianza mercenaria” de los niños expósitos de las inclusas de Plasencia y Ciudad Rodrigo. Parece un contrasentido que enviaran a los niños “pilos” a criarse con nodrizas hurdanas a una zona en la que el índice de mortalidad infantil era terriblemente alto… las posibilidades de supervivencia eran escasas. ¿Podían unas mujeres famélicas amamantar a dos niños a la vez? ¿Cuál de los dos bebés pasaría más hambre? en los años 20 se desterró esta práctica. 

Requiere también especial atención la “vivienda hurdana”; habitáculos pizarrosos donde sus habitantes convivían con el ganado en pésimas condiciones higiénicas y estéticas. Las casas estaban muy juntas, apiñándose en calles estrechas y empinadas. Aunque no de la misma manera ni en la misma estancia, en la mayoría de los pueblos españoles se convivía con los animales —las cuadras estaban junto a las viviendas—. Pero eso también lo hemos olvidado.

El Gasco (foto Maudy Ventosa)

El Gasco (foto Maudy Ventosa)

Enfermedades endémicas casi erradicadas ya en el resto de España, arraigaban entonces en Las Hurdes, cebándose en una población débil, desnutrida y hambrienta. Hablamos de paludismo, anemia, tuberculosis, bocio, cretinismo —la leyenda negra afirma que era frecuente la consanguinidad en un grupo tan aislado geográficamente que practicaban una endogamia grupal casi por obligación; en Casares, Alfonso XIII vería los tipos más dolorosos de los cretinos: hombres y mujeres de 25 a 30 años y de 70 centímetros de altura—; el enanismo, la imbecilidad y la sordomudez campando a sus anchas por la geografía hurdana. Graves enfermedades en esta comarca cacereña que marcaron una época negra en nuestra historia reciente y que, gracias a los estudios del doctor Marañón consiguieron paliar.

La misión de la Iglesia adquiere importancia cuando asume el papel de restauradora de la dignidad, luchando contra un ejemplo infame de desidia moral y física que diezmaba una población descarriada. Destacaron dos instituciones: El convento carmelita de San José del monte de las Batuecas -municipio de La Alberca-, fundado a finales del S. XVI, ocupado en la actualidad por la Orden de los Carmelitas Descalzos; y el convento de Los Ángeles en las cercanías de Pinofranqueado, en completa ruina desde mediados del S. XIX. En 1951, en el corazón de Las Hurdes, en el lugar más pobre y escondido, donde no había carreteras, sin las más mínimas condiciones básicas para vivir, donde solo parecían crecer rocas, se coloca la primera piedra de “El Cottolengo del Padre Alegre”, entre las localidades de Fragosa y Martilandrán, junto a las aguas del río Malvellido. Se trata de una casa de Providencia dedicada a los más pobres y desahuciados, que lleva a cabo una labor callada y silenciosa. Se suman a la tarea las Hermanas Servidoras de Jesús, que siguen el lema de San José Benito Cottolengo. Los hurdanos agradecen la presencia de esta institución caritativa, que recibió el premio Humanidad en 2006.

Convento carmelita de San José (Foto Maudy Ventosa)

Convento carmelita de San José (Foto Maudy Ventosa)

Hoy todos los que viajan por la zona, conocen el documental de Buñuel denominado Las Hurdes: tierra sin pan; la mayoría de los diarios extremeños lo criticaron y renegaron de él porque consideraban que calificaba a los hurdanos como “seres extraños, sin moral, sin sentimientos y sin dignidad, llamándolos enanos y cretinos”. Cuentan que fue una puesta en escena tremendista y exagerada, en la que los lugareños representaban su propio papel. Estremece la fotografía de la niña moribunda que, por suerte, no murió, o la de la mujer “anciana” amamantando un bebé, que podía tener solo treinta y dos años. Las Hurdes no eran solo una tierra sin pan, eran también una tierra sin canciones. Todos los progresos logrados tras la primera visita de Alfonso XIII no consiguen acabar con la leyenda negra que el documental de Buñuel de 1933 parece dar alas. ¿Detractores? Muchos.

A Las Hurdes no solo viajaron reyes y directores de cine. Hubo muchos voluntarios que compartían veranos con los hurdanos formando parte de las escuelas de verano. La experiencia de Celia me tocó el corazón y me animó a realizar esta visita. Era 1989 cuando, con veintitrés años y la carrera recién terminada —al igual que la carretera por la que accedieron—, mi amiga llegó a El Gasco con el grupo de voluntarios veteranos “reincidentes”. Su objetivo era dar clases de repaso y recuperación a los niños de la zona para que no abandonaran los estudios, o para que los continuasen. Recuerda que era una zona un poco diferente del resto de España, con menos medios y más dificultades. No había agua corriente, tenían que cogerla en cubos en una fuente, y mucha gente lavaba en el río. El pueblo le causó un enorme impacto por lo espectacular de su paisaje, pero un poco difícil para la vida… las mujeres mayores seguían llevando sayas negras y un pañuelo en la cabeza. Estampa que hacía tiempo que no veía. Aun se emociona cuando habla de los niños: eran juguetones con muchas energías y libertad para andar por el pueblo; en clase ponían interés, preguntaban y pedían ejercicios más complicados. No eran conscientes de estar en desventaja con otros niños porque para ellos, la vida era así. Los padres les regalaban cerezas y se interesaban por los chicos, porque querían un futuro mejor para ellos. Tenían cabras y se dedicaban a labores temporales en el campo, pero parecían buscar para sus hijos una vida más estable o con más posibilidades… El grupo de Celia estaba formado por niños de entre once y trece años, en Martilandrán, “me llevaba la camioneta que repartía el pan, que tenia una puerta que no cerraba bien”y entre sus recuerdos más nítidos está el de una niña muy inteligente pero que, por problemas familiares no podría seguir estudiando, y El Gasco, por la falta de espacio y tantas casas de pizarra.

Las Hurdes ya no duelen… tanto. A partir de 1940 se ponen en marcha medidas encaminadas a su desarrollo económico: una intensa repoblación forestal de pinos que, al final, acabó con el trabajo de muchos cabreros, apicultores y carboneros. Y sucede lo inevitable: pérdida de población (un 43% en los últimos cincuenta años; un 74,7 la provincia de Cáceres en su conjunto en los últimos diez años. La España vacía se agranda). Hoy, ya no son un territorio aislado debido a las inversiones en infraestructuras, ni su población es analfabeta, ni existen enfermedades endémicas. Toda la comarca es conocida por la excelencia de sus productos, por su cultura popular y por la belleza de su entorno privilegiado. La tierra, con tesón y esfuerzo, sigue proporcionándoles productos naturales y es el verdadero motor de la economía rural: la miel —la abeja europea, la Apis Mellifera, no tiene secretos para el Tío Picho que aprendió a susurrarla en esta tierra extremeña de encinares, alcornoques, castañares, robledales, jarales, brezales, retamales…—, y los olivos cultivados en bancales, en esas terrazas que se asoman a los ríos, producen, aunque de manera reducida, el aceite de oliva virgen extra Gata-Hurdes; y a la belleza natural de Las Hurdes se suma la riqueza de su gastronomía, los exquisitos quesos de cabra, la ensalada contundente de limón —que incluye huevo y chorizo—, la caldereta de cabrito…,la miel, mucha y rica miel y la amabilidad de sus gentes.

Meandros, saltos de agua, miradores… Las Hurdes es un maravilloso lugar para perderse y escuchar el silencio. Ahora ya no hay hambre, solo sed. Como en el resto de España. Como en el mundo entero.

Miguel de Unamuno, en su viaje a las Hurdes en 1913,impresionado por el paisaje, por los saltos de agua y los meandros de los ríos, escribió… si en todas partes del mundo, los hombres son hijos de la tierra, en Las Hurdes la tierra es hija de los hombres.

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Para saber más:

  • .– “Las Hurdes, tierra sin pan”.  Luis Buñuel 1931
  • .- Las Hurdes. Centro de Documentación. Pinofranquedo, C/ Era, 3 Tlfno: 927 674 133
  • .-ARCHIVO MUNICIPAL DE CASARES DE LAS HURDES (CÁCERES)
  • .-Estudios sobre Las Hurdes de Buñuel. Francisco Javier Herrera Navarro.Editoria Renacimiento. ISBN   9788484722717
  • .-Aproximación a la “Leyenda Negra” de las Hurdes: las visiones deMarañón, Buñuel y Albiñana. Roberto C. Montañés Pereira
  • .-100 años del viaje de Gregorio Marañón con el rey Alfonso XIII a Las Hurdes: hito de la humanización sanitaria en España. Fundación Ortega y Gasset- Gregorio Marañón
  • .- “Volando voy: Las Hurdes”. Jesús Calleja
Alfonso XIII mandó construir la Hospedería Hurdes Reales, en Las Mestas, sobre una antigua factoría. La foto del monarca presidiendo el hall.

Alfonso XIII mandó construir la Hospedería Hurdes Reales, en Las Mestas, sobre una antigua factoría. La foto del monarca presidiendo el hall.

Como complemento pongo un vídeo realizado por la Junta de Extremadura titulado Viaje de Alfonso XIII a las Hurdes.

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«El intercambio», de Fernando Aleu

«El intercambio es una novela de amor y de amistad, de intriga, espionaje y aventura»

Reseña escrita por Maudy Ventosa.

Se dice siempre que todos llevamos una novela dentro, nos cuenta una mañana Fernando Aleu presumiendo de una edad que no le ha impedido presentar a los 83 años su opera prima, novela que cuenta con esa pátina elegante que da el tiempo vivido y aprovechado al máximo.

Cubierta de El intercambio

Cubierta de: ‘El intercambio’

Todo comienza por la curiosidad de una de sus nietas cuando le pregunta qué hechos de su infancia recuerda que le marcaran especialmente. Reflexiona unos momentos y no lo duda: el intercambio de prisiones de la Segunda Guerra Mundial en el puerto de Barcelona. Él iba a nadar con sus amigos y una noche no les dejaron pasar sin explicaciones, tan solo les indican que al día siguiente pasarían cosas muy importantes. Suficiente información para despertar la necesidad de “llegar al fondo de la cuestión” en unos niños, que vuelven  por la mañana con unos viejos prismáticos y observan sorprendidos cómo un barco enorme fondea la bocana del puerto, y luego llega otro, y otro… También hay coches negros con la Cruz Gamada y otros con la bandera británica. La guerra estaba en su cuarto año. Se iza la bandera Suiza. No saben lo que pasa.

Al día siguiente, en La Vanguardia del 28 de Octubre de 1943 se refleja el intercambio de prisioneros, casi todos heridos, que se produjo “Al amparo de la neutralidad española”. Todo esto fue lo que vivió el joven Fernando y que no ha olvidado jamás. Alrededor de este hecho histórico construye su novela en la que cuenta otras historias que, también son reales, como el cambio de nombre de los componentes de la orquesta –judíos- en un hotel de Barcelona cuando éste se llena de alemanes… pero también hay historias que no son reales.
El amor impregna la novela, la pasión por la belleza humana, que en algún caso acaba de manera dramática pero que consigue la redención del personaje; también habla de la generosidad incondicional  y sobre todo de la amistad que es capaz de poner en peligro la integridad, los valores para salvar a esa persona que ha crecido junto a ti, o por qué no, que has conocido recientemente pero necesita tu ayuda.

Se viven tiempos muy difíciles, duros, en un mundo convulsionado por una guerra que está matando a miles de personas y que pretende acabar con muchos más que considera inferiores. Líderes enloquecidos que arrastran a su pueblo a la destrucción. Todo esto aparece es el marco de la novela, pero sin detenerse en la tragedia, es el telón de fondo de la lucha por salvar al primo del protagonista, el bello ‘Adonis’.
Barcelona también cuenta la postguerra española, el hambre que viven sus gentes en una ciudad bombardeada. Ciudad de contrastes si ponemos en el otro extremo los lujos que encuentran en los grandes hoteles las personas que aún pueden pagarlo, sobre todo extranjeros.

Con delicadeza  y mucha elegancia, el autor, médico neurólogo como el protagonista, nos va introduciendo en esta historia que te atrapará desde el principio.
Espero y deseo que Fernando continúe compartiendo con sus lectores más historias… que seguro tiene muchas guardadas.

Fue un placer conocerle, disfrutar con su conversación inteligente….y de una copa de cava bien frío. Buen conversador y todo un caballero. ¡¡Muchos éxitos!!

PERSONAJES

  • El Doctor Wermer Applefeld trabaja en el hospital Monte Sinaí. Nació  en Alemania y a la muerte de sus padres fue a vivir con sus tíos, Franz, cardiólogo y judío, y Greta, suiza no judía. Estudia medicina en EE.UU. y ya no regresa a su tierra hasta que las noticias de una inminente contienda empiezan a ser alarmantes… Se habla de guerra y de la locura que recorre el país. Malos tiempos para su tía Greta y su hijo Max al que conoce solo a través de sus cartas… Tiene que volver aunque sus amigos americanos aconsejan lo contrario. Guapo, elegante, con clase. Culto y refinado Neurólogo reconocido mundialmente, docente y escritor de artículos de investigación.
  • Max Liniger es joven y tan guapo que le apodan ‘Adonis’. Trapecista de éxito, su fotografía aparece en un póster simbolizando la raza aria y la propaganda nazi. No tiene conciencia de estar en peligro. Ama la vida y ama a su país, pero seguirá, por fin, los consejos de su amante.
  • Rosy Djeckhoff trabaja para Abwehr, servicio de inteligencia y espionaje alemán. Sensual, seductora  y preciosa, es la amante del joven Max. Es su obsesión, su pasión y conoce su secreto… pero quiere salvarle anteponiendo su corazón a su deber y lealtad a Alemania.
  • Joshua Scheinberg es el mejor amigo de Max. Han crecido juntos y han sido educados en la tradición judía. Homosexual y músico. Excelente cóctel para estar en la diana de las SS.
  • Herbert von Tech pertenece a las SS y conoce a Max en el circo. Cae rendido ante su belleza como la mayoría de las personas que le ven actuar. Refinado y con clase. Le propone un pacto que Max no puede rechazar.
  • John Wild es el gran amigo de Max y juntos escriben un artículo sobre los rayos infrarrojos de repercusión mundial.
  • Giselle Boulanger es una preciosa mujer de ojos azules que cautiva desde el primer momento a Wermer cuando juntos navegan en el transatlántico Normandía. Trabaja para Chanel y acompaña a su jefa por motivos de negocios.
  • Óscar Prat es un cardiólogo catalán que viaja también en ese barco. Tiene fuertes convicciones religiosas. Será de gran ayuda para los planes de Wermer en Barcelona.
  • Klaus Hess es el jefe de la delegación del servicio de inteligencia en Munich, Abwehr. A sus órdenes trabaja Rosy.
  • Y Mercedes Prat, cuñada de Óscar y mujer de gran clase Grande de España; Bernard Hilda, músico francés de origen judío; Shalimar y Arthur, los trapecistas compañeros de Max; Richard Broms, el buen amigo con el que toma una copa y habla en alemán; el almirante Canaris; jefe de la Abwehr; Greta Liniger, la madre de Max, generosa y fuerte; Thelma, eficiente y eficaz secretaria… y muchos más… Algunos son reales y la mayoría creados por el autor.

SINOPSIS
Centrada en torno a un hecho real, el intercambio de prisioneros de los ejércitos aliado y nazi que se celebró en Barcelona durante la Segunda Guerra Mundial, El intercambio es una novela de amor y de amistad, de intriga, espionaje y aventura.

En mitad de la Segunda Guerra Mundial, los Aliados y Alemania acordaron llevar a cabo un intercambio de soldados prisioneros de Guerra al final de la cruenta campaña militar del Norte de África, En el puerto de Barcelona, que fue el lugar aceptado por ambas partes para el intercambio, cuatro mil soldados, la mitad de cada bando, fueron intercambiados en el muelle de España, el 27 de octubre de 1943, en una operación que supuso la intervención de dos buques de cada bando.
Uno de los prisioneros es un judío alemán de 24 años que, en caso de haber sido devuelto a Alemania, corría el riesgo de ser enviado a un campo de concentración. Un grupo de personas unidas por las circunstancias participó en un complot para rescatar de forma muy atrevida a aquel soldado judío, un joven muy guapo y también un gran atleta capaz de cautivar por igual a mujeres y a hombres.

Lee y disfruta de un fragmento de la novela.

Fernando Aleu con Maudy Ventosa

Fernando Aleu con Maudy Ventosa

El autor:
Fernando Aleu nació en Barcelona, donde obtuvo el título de doctor en Medicina en 1953. Realizó sus estudios de posgrado en los hospitales de la Universidad de Iowa, el Albert Einstein College of Medicine de Nueva York y en la New York University School of Medicine, donde obtuvo el puesto de profesor asociado de Neurología.
Al cabo de nueve años, comenzó a reducir lentamente este trabajo para terminar dedicándose a una aventura comercial asociado a la multinacional Puig, con sede en Barcelona. Ha sido presidente de la Cámara de Comercio de España en Estados Unidos, presidente de la Fragance Foundation de Nueva York y miembro fundador del Olfactory Research Fund. Actualmente es el presidente del Queen Sofía Spanish Institute de Nueva York. Ha sido condecorado dos veces por el Gobierno español y ha merecido la Medalla de Honor de la Ciudad de París. El intercambio es su primera novela.

El libro:
El intercambio ha sido publicado por Roca Editorial en su Colección Novela. Encuadernado en tapa blanda con solapa, tiene 416 páginas.

Cómpralo a través de este enlace con Casa del Libro.

Como complemento pongo un vídeo grabado por Maudy Ventosa en el que Fernando Aleu nos comenta su libro El intercambio.

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Para saber más:

Una charla con Fernando Aleu.

 

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