Mafalda, Gina, Bice, Silvana, Loretta y Tosca son las chicas de Sanfrediano.
La primera vez que tuve contacto con Le ragazze di Sanfrediano fue a través de una edición de Rizzoli. La verdad es que no fue fácil pues el vocabulario que utilizaba Pratolini estaba inspirado en la lengua vernácula de Florencia, por lo que es más de alabar la traducción de Amelia Pérez del Villar. Aunque escrita en 1948 no fue publicada hasta 1954 por Vallecchi.
Las muchachas de Sanfrediano narra la historia de un barrio popular de Florencia en el que viven desde hace generaciones una serie de muchachas bravas y decididas. Poco tiempo después de la guerra todas están enamoradas de un antiguo partisano, Aldo Sernesi o Bob (apodo que le viene por su parecido al actor de moda en la época, Robert Taylor), un gallo de corral quien a su vez las trata como si fueran aves de su propio gallinero. La novela se centra en la venganza de las bravas muchachas de Sanfrediano, despechadas por la falta de definición sentimental de Bob. Novias, amantes o simples conquistas que, al descubrirse víctimas del mismo perverso juego, unen fuerzas y entretejen un plan de venganza propio de unas auténticas Erinias enfurecidas.
Este es el distrito que el escritor Vasco Pratolini eligió como escenario para su famosa novela Las Muchachas de San Frediano : todavía es hoy la parte más popular de la antigua Florencia, donde los frescos de Masaccio y el ingenio florentino conviven.
Esto es a grandes rasgos el argumento de la novela. Pero Las muchachas de Sanfrediano es mucho más. Vasco Pratolini fue junto a Alberto Moravia, Italo Calvino, Elio Vittorini y Cesare Pavese uno de los iniciadores del neorrealismo italiano. Y está muy claro, pues las descripciones que nos hace tanto de ambientes, como de situaciones son tan precisas que no nos hace falta la película de Valerio Zurlini (1961) para vivir intensamente los momentos.
Con un ritmo narrativo ágil y brioso, Vasco Pratolini nos lleva, en una historia llena de ironía, donde el equilibrio y la farsa marcan las historias de los protagonistas. Las muchachas de Sanfrediano es sinónimo de vivacidad, la vitalidad y el ritmo, garantizado por el léxico inspirado en la lengua vernácula florentina y aguda ironía que caracteriza el trabajo, se inscribe en la tradición toscana de Boccaccio y la burla de la broma.
Lee el primer capítulo del libro.
Vasco Pratolini nació en Florencia, Italia el 19 de octubre de 1913, en el seno de una familia de pocos recursos. Su madre murió en 1918 y el niño tuvo que ir a vivir con sus abuelos ya que su padre estaba en la guerra.
A los doce años se trasladó a vivir a la Via del Corno, calle que se convertiría en el personaje principal de una de sus más famosas novelas, Crónicas de pobres amantes (1947). En su juventud trabajó como vendedor ambulante, como camarero y como tipógrafo. Casi autodidacta, entró en el mundo de las letras gracias a su relación con Elio Vittorini, quien le consiguió un puesto en el periódico Il Bargello. Ávido lector, aprovechó su confinamiento en un hospital (sufrió de tuberculosis) entre 1935 y 1937 para leer compulsivamente a Dante, Alessandro Manzoni, Jack London, Charles Dickens, Mario Pratesi y Federigo Tozzi. En 1938 fundó, junto a Alfonso Gatto, la revista Campo di Marte, que fue cerrada por el gobierno fascista nueve meses después. En 1939 se trasladó a Roma, donde trabajó en el Ministerio de Educación. En 1941 se casó y publicó su primer libro, El mantel verde. En 1943 participó en la resistencia italiana contra la ocupación alemana bajo la identidad de Rodolfo Casati, experiencia que relató en Mi corazón en Puente Milvio. Tras la liberación se instaló en Milán, donde trabajó como periodista en La Settimana. También dio clases en el Istituto d’Arte. Después de la guerra se mudó a Nápoles, donde desarrolló una intensa actividad periodística como corresponsal de los periódicos Milano Sera y Paese Sera. En 1951 se trasladó a Roma, donde formó parte del neorrealismo cinematográfico italiano. Escribió más de veinte guiones. Entre ellos, los de las películas Rocco y sus hermanos (junto a Suso Cecchi d’Amico), de Luchino Visconti, yPaisá, de Roberto Rossellini. En 1954 y 1961, el director Valerio Zurlini filmó sus novelas Crónica familiar y Las muchachas de Sanfrediano. En 1964 fue nominado al Oscar por su guion de Cuatro días en Nápoles, de Nanni Loy. Mauro Bolognini filmó en 1970 su novela Metello, con guion de Suso Cecchi d’Amico y música de Ennio Morricone. Entre sus obras más importantes se cuentan: Crónica familiar (1947), Crónicas de pobres amantes (1947), Las muchachas de Sanfrediano (1948) y Metello (1955), novela por la que obtuvo el Premio Viareggio. Junto a Alberto Moravia, Italo Calvino, Elio Vittorini y Cesare Pavese, fue uno de los iniciadores del neorrealismo italiano. Vasco Pratolini murió en Roma en enero de 1991, a los setenta y siete años. (Fuente: La editorial)
Las muchachas de Sanfrediano (título original: Le ragazze di Sanfrediano ,1948) ha sido publicado por la Editorial Impedimenta. Traducido del italiano por Amelia Pérez de Villar. Encuadernado en rústica con sobrecubierta, tiene 160 páginas.
Cómpralo a través de este enlace con Casa del Libro.
Como complemento pongo la magnífica película de Valerio Zurlini subida por Firenze riscoperta e ritrovata
Le Ragazze Di San Frediano Valerio Zurlini 1954
Para saber más: