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«La hija de la española», de Karina Sainz Borgo

«El hambre y la rabia juntos son motivos para morir.
A dónde se puede llegar por sobrevivir…»

 

Cubierta de La hija de la española

Cubierta de: ‘La hija de la española’

Estamos con Karina Sainz Borgo, periodista, venezolana, que vive en España. Sorprende constatar que detrás de su aparente aspecto frágil se halla una mujer fuerte y madura, capaz de transmitir tantas emociones a través del papel; tanto dolor; tanta tristeza que tienes que parar y respirar hondo para poder continuar con esta lectura descarnada. Nos cuenta que llevaba escribiendo esta novela toda la vida, pero le dolía mucho hablar de su país, del desarraigo. Tal vez necesitaba distancia para expresar esos sentimientos que salieron a borbotones tras un periodo muy fuerte de represión en Venezuela. “Fue tanto el dolor que me empecé a enrabietar… estaba pendiente de mucha gente, no dormía…” Ese fue el detonante que necesitaba para plantarle cara. Eso, y tal vez la distancia que dejaba salir ese miedo. Fue como una poda. Un trabajo de madurez. Hay que estar lejos para que se aplaquen esas emociones…

La hija de la española no es una novela más. Es la desgarradora denuncia de un país que se desangra por heridas de muerte, de hambre, de torturas, de injusticia. Venezuela está al límite del sufrimiento, sin comida ni medicinas; dividida por el odio que fomenta la bota tirana de la ignorancia, de la soberbia. Una situación que ya se alarga demasiado y que ha contado con la simpatía de los que no han carecido nunca de nada y no conocen la verdadera naturaleza ni el significado de las palabras libertad, respeto, justicia. ¿Cuánto tiempo más podrás soportar ver morir a tus hijos, ser testigo del viaje sin retorno que emprenden los que se pueden marchar llevándose con ellos el dolor y la culpa, solo por sobrevivir? Mala compañía ese sentimiento que se agarra a las entrañas por huir de un país devastado. Pero siempre pertenecerán a Venezuela, porque como nos dice la autora citando a Juan Gabriel Vásquez, “uno es del lugar donde están enterrados sus muertos”, y seguro que todos los que han escapado han dejado allí alguno. O muchos.

Y la culpa del superviviente, porque cuando pueden escapar, no pueden darse de baja del sufrimiento… pero tampoco les pueden quitar el derecho a buscar la belleza.

Las víctimas y los verdugos se entremezclan, porque en el fondo y en situaciones límites, todos tendríamos un poco de todo. Aquí también. Pobreza y desorden por un lado; por otro una dictadura extrema; el sistema te ve y te oye. Y eres consciente de ello.

Esta novela cuenta la historia de una mujer que se ha quedado sola en una ciudad donde impera la ley del más fuerte –con el apoyo del gobierno-, en la que la justicia no significa nada y donde la mayoría ha perdido sus derechos. Todo lo malo es posible, y lo más duro, es que no tienes a quién acudir a pedir cuentas. Es la ley de la selva y si dudas, mueres. Ya no tienen cabida sentimientos que arrancan de lo más puro del corazón y son la base de la convivencia, como la compasión, la misericordia o la caridad. Vale el aquí y el ahora, y solo cuentas tu.

Escrita en dos tiempos, el pasado con su madre, y el presente sola, con su casa ocupada por las hordas de la Mariscala. Tiene que sobrevivir a pesar del miedo y de su corazón roto ya por dos veces. El único camino es abandonar lo que ha supuesto su vida hasta ahora, porque aquí ya no hay nada, ni siquiera silencio. El recuerdo de su pasado le cabe en la maleta porque el futuro no pesa nada. No existe. Aquí.

Karina nos presenta unos personajes fuertes. No pueden ser de otra manera en la Venezuela actual o en la de hace diez años. No es país para débiles ni acobardados. Por eso mueren tantos. Porque no se resignan y defienden la libertad con su último aliento. Aunque las torturas les conviertan en zombis y sean capaces de cometer, también ellos, todo tipo de tropelías o crueldades por obligación. Por vivir.

Absolutamente entrañables las descripciones de los cantos del pilón, cuando las piloneras molían el maíz en los patios. Rezo de sudor y mazazo: percusión del corazón. Música de mujeres, silencios de madres y viudas… Giros y palabras de aquella tierra, llenas de amor, color y sabor. Te trasladan y te emocionan con la sencillez de lo cotidiano. De lo auténtico a pesar de las privaciones del momento en que no sobraba nada y la mayoría de los aldeanos eran humildes pobres y con poca formación.

Madres fuertes unidas a sus hijas. Formando un tándem. Hombres invisibles.

Lo has logrado Karina; no querías escribir un informe pero has informado. Querías emocionar, y lo has conseguido. Has llegado a lo más profundo. Imposible mirar a otro lado. ¡¡Enhorabuena!!

PERSONAJES

  • Adelaida Falcó, madre, es una mujer culta. Licenciada en Educación por la Universidad Central de Venezuela. Odiaba el exceso, y a veces “se enfadaba hacia dentro”.
  • Adelaida Falcó, hija, es una superviviente. Filóloga especializada. Con su madre mantiene una relación de buen gobierno. Ahora que ha muerto, se siente sola. Tiene 38 años y mucho miedo.
  • Aurora Peralta estudió Secretariado y un Grado en Técnico Superior en Turismo. Al igual que su madre, Julia que nació en Galicia, vivía de cocinar para otros. Amable, generosa, tímida y con poca gracia. La llamaban la hija de la española. Y tampoco tenía papá.
  • Francisco Salazar Solano es periodista y fotógrafo. Mide dos metros y tiene el cuerpo geométrico y pesado. Es quince años mayor que Adelaida y tiene dos hijos de un matrimonio anterior.
  • Ana es su mejor amiga de la Facultad de Humanidades. Tiene un hermano más pequeño que ella. Muy inteligente, que se llama Santiago. Y le han detenido en la facultad. Como a tantos.
  • Las tías Amelia, gorda, y Clara, flaca. Se quitan la palabra la una a la otra.

Y las piloneras, y la banda de la Mariscala, y muchos más. Pero tendrás que descubrirlos.

SINOPSIS de la editorial:
Adelaida Falcón, una maestra caraqueña, fallece tras una larga enfermedad. Su hija Adelaida, de treinta y ocho años, no tiene a nadie y vive en una ciudad donde la violencia marca el ritmo diario de la existencia. Poco tiempo después del entierro, encuentra su casa tomada por un grupo de mujeres a las órdenes de la Mariscala. Llama a la puerta de su vecina sin hallar respuesta: Aurora Peralta, a quien todos llaman «la hija de la española», ha muerto. Encima de la mesa del salón, una carta le comunica que le han concedido el pasaporte español: un salvoconducto para salir del infierno.

La hija de la española es el retrato de una mujer que escapa de todos los estereotipos enfrentada a una situación extrema. Con su primera novela, la periodista Karina Sainz Borgo, se ha convertido en la gran noticia literaria del año.

Karina Sainz Borgo con Maudy Ventosa

Karina Sainz Borgo con Maudy Ventosa

La autora:
Karina Sainz Borgo nació en una Caracas de 1982, cuando todo estaba a punto de incendiarse. Trabaja como periodista especializada en temas culturales, aunque escribe a todas horas. Ha publicado los libros de periodismo Caracas hip-hop (Caracas, 2007) y Tráfico y Guaire; El país y sus intelectuales (Caracas, 2007) y mantiene el blog Crónicas Barbitúricas. La hija de la española es su primera novela. Inmediatamente después de que Lumen la contratara fue vendida a veintidós países.
Añado de mi cosecha —soy Guillermo Lorén— que es una de las mejores periodistas culturales en este país.

El libro:
La hija de la española ha sido publicado por la Editorial Lumen en su Colección Narrativa. Encuadernado en rústica con solapas, tiene 224 páginas.

Cómpralo a través de este enlace con Casa del Libro.

Como complemento pongo un vídeo grabado por Guillermo Lorén en el que Karina Sainz Borgo nos habla de su novela La hija de la española.

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Para saber más:
http://cronicasbarbituricas.blogspot.com/
@karinasainz 
https://www.vozpopuli.com/karina_sainz_borgo/

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«María Moliner. En el quincuagésimo aniversario de la publicación del Diccionario de uso del español»

María Moliner, la mujer que escribió sola y a lápiz un diccionario dos veces más largo que el DRAE.”
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Como en otras ocasiones, mi querida amiga Karina Sainz Borgo me presta un artículo verdaderamente interesante que fue publicado el 25 de febrero en el diario digital VozPoluli.

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María Moliner, filóloga y lexicógrafa aragonesa

Lo hizo en los años siguientes a la depuración a la que la sometió el franquismo, bajándola 18 niveles en el escalafón. En plena posguerra, la filóloga y lexicógrafa aragonesa comenzó a trabajar en su diccionario. Este año se cumplen 50 años de su primera edición.

“María Moliner hizo una proeza con muy pocos precedentes: escribió sola, en su casa, con su propia mano, el diccionario más completo, más útil, más acucioso y más divertido de la lengua castellana, dos veces más largo que el de la Real Academia de la Lengua, y –a mi juicio- más de dos veces mejor”.     Gabriel García Márquez (Premio Nobel de Literatura)

El influjo que ejercen las palabras sobre las personas tiene en María Moliner una expresión poderosa e iluminadora, ese tipo de experiencia que demuestra la forma en que las frases empujan más que cualquier ventisca. María Moliner fue una bibliotecaria comprometida e impulsó la creación de una red de bibliotecas rurales. Hacia 1950 inició la que sería su gran obra, el Diccionario de uso del español. Lo hizo con el objetivo de crear «un instrumento para guiar en el uso del español tanto a los que lo tienen como idioma propio como a aquellos que lo aprenden”.

Comenzó a escribirlo, exactamente, en el año 1952: «Estando yo solita en casa una tarde cogí un lápiz, una cuartilla y empecé a esbozar un diccionario que yo proyectaba breve, unos seis meses de trabajo, y la cosa se ha convertido en quince años», aseguró en una entrevista concedida a la prensa. Tras una larga y lenta labor, la primera edición contó con la fe y el apoyo de Dámaso Alonso, director entonces de la Biblioteca Románica Hispánica de la editorial Gredos, quien decidió impulsar el proyecto. Se publicó entre los años 1966 y 1967, en dos volúmenes.
Nada más salir a la luz el Diccionario de uso del español, escritores como Miguel Delibes o Francisco Umbral comenzaron a mostrar su fervor por él:  por su utilidad y la sencillez de su estilo, que rompía con la costumbre de definir los términos mediante frases enrevesadas y estereotipadas. Ese es, tal vez, su mayor logro: un estilo propio, moderno y práctico, que recogía en muchas ocasiones el habla de la calle, y que María Moliner supo imprimir a todas y cada una de las definiciones, con explicaciones claras, sin pretensiones, utilizando un vocabulario accesible para cualquier lector pero no por ello vacío de contenido ni falto de elegancia o sentido del humor.

Hija de un médico rural y de una madre con un especial sentido de la supervivencia y agudeza, María Moliner fue la segunda de tres hermanos. Entre 1918 y 1921 cursó la Licenciatura de Filosofía y Letras en la universidad de Zaragoza (sección de Historia), obtuvo un sobresaliente y Premio Extraordinario.  Al año siguiente, ingresó por oposición en el Cuerpo Facultativo de Archiveros, Bibliotecarios y Arqueólogos, y obtuvo como primer destino el Archivo de Simancas. De ahí pasa al Archivo de Hacienda de Valencia, ahí conocerá a Fernando Ramón y Ferrando, catedrático de Física, con quien se casa en 1925. Durante esos años  nacen sus dos hijos, a la vez que continúa su vida profesional, comienza a participar  en las empresas culturales que nacen con el espíritu de la II República. 
Su inclinación por el archivo, por la organización de bibliotecas y  la difusión cultural, la llevó a reflexionar  y trabajar sobre las Bibliotecas rurales y redes de bibliotecas en España e incluso asumió un papel activo en la redacción de instrucciones para el servicio de pequeñas bibliotecas, un trabajo vinculado a las Misiones Pedagógicas de la República. Dirigió la Biblioteca de la Universidad de Valencia, participó en la Junta de Adquisición de Libros e Intercambio Internacional, que tenía el encargo de dar a conocer al mundo los libros que se editaban en España, y desarrolló un amplio trabajo como vocal de la Sección de Bibliotecas del Consejo Central de Archivos, Bibliotecas y Tesoro Artístico, creado en febrero de 1937, en la que Moliner fue encargada de la Subsección de Bibliotecas Escolares.

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Nueva edición del Diccionario de uso del español

Pero estalló la Guerra Civil Española y todo se vino abajo, derribado por los fuertes estragos de la contienda y los ajustes de cuentas que vendrían en los años siguientes. Tras la derrota del bando republicano, su marido  perdió la cátedra de Física y fue trasladado a Murcia. María Moliner regresó al Archivo de Hacienda de Valencia: dieciocho niveles por debajo del que tenía en el escalafón.  En la década de 1950, comienza la que sería su obras más luminosa en aquellos años de dictadura: el Diccionario de uso del español , en cuyos dos tomos se incluyen 1.750 entradas y más de 190.000 definiciones. Aunque ella ya confeccionaba anotaciones para un diccionario que corrigiera las deficiencias del DRAE, un hecho el terminó de acelerar su decisión de ponerse a trabajar: su hijo Fernando le trajo de París un libro que llamó profundamente su atención, el Learner’s Dictionary of Current English de A. S. Hornby (1948).
Semejante hazaña: escribir ella sola un diccionario cuya claridad y acierto fue reconocido de forma unánime no pareció mérito suficiente a los académicos de la RAE para incluirla entre sus filas. Dámaso Alonso, Rafael Lapesa y Pedro Laín Entralgo la postularon para que fuera ella la primera mujer en entrar a la Academia. Pero el elegido, sería Emilio Alarcos Llorach. “Sí, mi biografía es muy escueta en cuanto a que mi único mérito es mi diccionario. Es decir, yo no tengo ninguna obra que se pueda añadir a esa para hacer una larga lista que contribuya a acreditar mi entrada en la Academia (…) Mi obra es limpiamente el diccionario. Más adelante agregaba: Desde luego es una cosa indicada que un filósofo -por Emilio Alarcos- entre en la Academia y yo ya me echo fuera, pero si ese diccionario lo hubiera escrito un hombre, diría: ¡Pero y ese hombre, cómo no está en la Academia!”, dijo Moliner en una entrevista en El Heraldo de Aragón, en  1972. La escritora Carmen Conde, primera académica, reconoció que tenía que haberlo sido antes Moliner. Y lo sugirió en su discurso de ingreso en 1979: «Vuestra decisión pone fin a una tan injusta como vetusta discriminación literaria».

Yo solo puedo añadir que la Biblioteca Nacional de España (BNE) y la Editorial Gredos han organizado un acto conmemorativo del 50º aniversario de la primera publicación del ‘Diccionario de uso del español’ de María Moliner, que tendrá lugar hoy, 1 de marzo en el Salón de Actos de la BNE (Madrid).
En el acto participarán Ana Santos, directora de la BNE; Carme Riera, académica de la RAE, Premio Nacional de las Letras 2015 y autora del prólogo de la cuarta edición del diccionario; Luisa Gutiérrez, directora editorial de RBA Libros; Vicky Calavia, programadora, productora, guionista y realizadora del documental ‘María Moliner. Tendiendo palabras’, y Paco Azorín, director de escena y escenógrafo de ópera, zarzuela y teatro, entre otros, según informó la BNE.

 Cómpralo a través de este enlace con Casa del Libro.

Como complemento pongo un pequeño pero ilustrativo vídeo sobre María Moliner y su Diccionario de uso del español.

Para saber más:
http://cvc.cervantes.es/lengua/mmoliner/default.htm
http://cvc.cervantes.es/lengua/mmoliner/diccionario_caracteristicas.htm
http://biblioteca.cchs.csic.es/difusion/maria_moliner/lexicografa.html 

texto-manuscrito-por-maria-moliner

Texto manuscrito por María Moliner

Transcripción: La idea al empezar el trabajo era hacer un pequeño diccionario del tipo del «Learner’s Dictionary», por ejemplo, que podría estar realizado en uno o dos años; pero la materia fue creciendo y creciendo en mis manos y los dos años se estiraron hasta quince: empecé joven y con hijos poco más que niños y lo acabé cargada de nietos.
Nací en Paniza, provincia de Zaragoza, donde mi padre estaba como médico, y muy aragonesa por los cuatro costados.

 

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