El 31 de octubre de 1903 nacía en Logroño, España, María Teresa León, escritora. Hija de militar y de Oliva Goyri, prima de María Goyri (la esposa de Ramón Menéndez Pidal). En su educación influyeron mucho sus tíos y sobre todo su tía María, que había sido una de las primeras mujeres españolas en obtener un doctorado en Filosofía y Letras (Las primeras universitarias en España 1872-1910, Consuelo Flecha García). La infancia de María Teresa transcurrió entre Madrid, Barcelona y Burgos, ciudad ésta a la que volvería en varias ocasiones y a la que se sintió fuertemente ligada. Estudió en la Institución Libre de Enseñanza y se licenció en Filosofía y Letras. Hacia 1929 conoce al que será su compañero de por vida, Rafael Alberti, al que ayudará en no pocas ocasiones, tanto material como espiritualmente. En 1933 funda junto a él la revista Octubre, que integrará a importantes escritores y figuras de la cultura a la vez que abre las puertas a otros más jóvenes. Más tarde realizarán diferentes viajes. En la Unión Soviética tendrán la oportunidad de conocer a importantes intelectuales como Máximo Gorki. Las enseñanzas directas que había recibido de sus tíos, Ramón y María, prestigiosos estudiosos del romancero tradicional, encuentran su cauce de expresión en la confección del Romancero de la Guerra Civil, dedicado a Federico García Lorca, que constituye un importante compendio de la poesía anónima del siglo XX.
Archivo diario: 31 octubre, 2013
Joyas bibliográficas on line
La Biblioteca Nacional presenta ‘El diálogo de la lengua’.
En el año 2004, durante la celebración del Congreso Internacional de la Lengua Española que tuvo lugar en la localidad argentina de Rosario, el autor mexicano Carlos Fuentes unía la Historia de América y la de la Lengua en un discurso en el que se refería al español como lingua franca y nexo de unión entre tradiciones y culturas. Citando el Popol Vuh, en el cual “la palabra dio origen al mundo”, mostraba una América que ha sido y es un crisol de lenguas de todos los continentes, recordando, entre otros, que Detroit se pronunció en francés. Una vez más, con ocasión del Congreso de la Lengua, esta vez con sede en Panamá, grandes especialistas dedicarán unos días al lenguaje, ese “acervo patrimonial donde nada se pierde”, en palabras de Fuentes. Y, dado que el tema “El español en el libro” que lo define es especialmente cercano a una institución como la BNE, la Biblioteca ha querido contribuir al desarrollo de la lengua a través de sus fondos, comenzando por los más antiguos impresos dedicados a ella.
En El Diálogo de la lengua se ponen a disposición de investigadores y ciudadanos en general los fondos bibliográficos más importantes que la Biblioteca Nacional de España conserva como testimonio de la historia de la lengua española.
El portal está integrado por más de una veintena de joyas, agrupadas en seis bloques temáticos: Diccionarios, Gramáticas, El español de ultramar, Ortografías, Retórica y Origen de la lengua. Las obras se acompañan de una breve introducción, de su ficha catalográfica y del enlace a la obra digitalizada, lo que permitirá conocer con facilidad todos los valores significativos de cada una de ellas.
Entre estos testimonios emblemáticos, manuscritos e impresos, se encuentran las obras de Antonio de Nebrija, pero también las de otros autores de manuales para el conocimiento y aprendizaje de la lengua española, como Juan de Icíar y su Orthographia pratica (1548) (primer tratado de caligrafía española, que surge en un momento de confusión ante la irrupción y el asentamiento de la imprenta) o el manuscrito de Juan de Valdés, que contiene el Diálogo de la lengua, del que solo se conocen dos manuscritos más, además del conservado en la Biblioteca Nacional de España. Otros autores, como Alonso de Molina, Alfonso de Palencia o Bernardo de Aldrete, también han contribuido, en diversos momentos y desde diferentes puntos de vista, a la difusión y conocimiento del mejor vehículo de comunicación de un amplio escenario de países.
Relevancia clave para la historia de la lengua española tiene la obra de Alonso de Molina, Aquí comiença un vocabulario de la lengua castellana y mexicana, impresa en México tardíamente (1555). Su autor tuvo que sortear grandes dificultades para confeccionar el que se considera el primer vocabulario de las lenguas indígenas.
Sobresale también en el portal la selección de primeras ediciones, algunas de ellas del período incunable, entre las que se destacan la Gramática castellana y el Dictionarium latino-hispanicum de Nebrija, o el primer impreso americano, Manual de adultos, que se realiza en México en 1540 en los talleres de Juan Cromberger.
Para saber más:
http://www.bne.es/es/Micrositios/Guias/Lengua/Introduccion/
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