El 13 de septiembre de 1916 nacía en Cardiff, Inglaterra, Roald Dahl, novelista y autor de cuentos británico de ascendencia noruega, famoso como escritor para niños y adultos. Entre sus libros más populares están Charlie y la fábrica de chocolate, James y el melocotón gigante, Matilda, Las brujas y Relatos de lo inesperado.
También escribió el guión de la película Chitty Chitty Bang Bang.
Archivo diario: 13 septiembre, 2013
El 13 de septiembre de …
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«Historia de la escritura» de Louis-Jean Calvet
De Mesopotamia hasta nuestros días.
Escribe en una tabla, y regístrala en un libro, para que quede hasta el día postrero, eternamente.
Isaías 30.8
Empezar la reseña con una cita de la Biblia puede parecer raro, pero esta viene muy bien para nuestras intenciones.
Cuando Austral me envió el boletín de novedades me llevé una gran alegría. Uno de mis libros favoritos iba a ser editado en un formato al alcance de todos.
La Real Academia Española define escribir como la acción de representar las palabras o ideas con letras u otros signos trazados en papel o en otra superficie. La sociedad actual, en exceso pragmática, da por descontada la existencia de esos códigos de comunicación, cuando para su creación y asentamiento ha sido necesario el transcurso de buena parte de la historia de la humanidad. En el sentido más moderno del concepto, la escritura apareció alrededor del año 4.500 a.C.. Su aparición en Mesopotamia se ha vinculado a que cronológicamente ese periodo coincide con el surgimiento de asentamientos humanos (lo que convencionalmente puede denominarse ya como “ciudades”), y por tanto la aparición de lo que podemos llamar necesidades administrativas. Urbanismo y administración son dos de las condiciones, según Louis-Jean Calvet, necesarias para el desarrollo de la escritura. El profesor de sociolingüistica de la Sorbona nos propone en Historia de la escritura, editada ahora en España por Austral en una edición económica de bolsillo, un sugerente recorrido por el modo en que cada época y cultura han buscado, de manera más o menos original e ingeniosa, respuestas a las necesidades de comunicación por este medio.
En realidad, el autor no sólo propone un recorrido por la evolución de las formas escritas, sino también un panorama de gran interés sobre cómo filósofos y lingüistas se acercaron a un hecho cultural de tal magnitud. Muy buen ejemplo de ello es recordar la triple clasificación que en pleno siglo XVIII Rousseau realiza de las “tres maneras clásicas de escribir”, una propuesta científica que Calvet clasifica como “brutal” e “ideológica”. El pensador proponía un primer tipo, el que describe no tanto sonidos como ideas (pensando en jeroglíficos egipcios o grifos aztecas); un segundo estadio corresponde a la representación de palabras y proposiciones con caracteres convencionales aceptados por el común (citando como ejemplo la escritura china), y un tercero, la composición de palabras por medio de un alfabeto. En el ensayo se critica abiertamente que Rousseau vinculase esas tres maneras, respectivamente, a tres estadios diferentes de evolución: el dibujo de los objetos corresponde a pueblos salvajes; los signos de palabras y proposiciones a pueblos bárbaros y el alfabeto a los pueblos civilizados.
Calvet nos presenta otros muchos acercamientos, aclarando por doquier errores como los de considerar todo grafismo primitivo como “prefiguración” de una escritura. Quizá su aportación más interesante es la de acercarse, en nuestra opinión de forma acertada, a tres rasgos históricos comunes de la escritura que es verdaderamente difícil cuestionar, en primer lugar cualquier escrito supone la idea de “arañar”, hacer incisión o grabar, es decir, dejar huella. En segundo lugar, toda escritura une, reúne sensaciones, nociones, impresiones, conceptos… Y en tercer lugar –y no por orden de importancia-, la escritura lleva aparejada desde sus inicios una idea de secreto, de misterio, de función de codificación.
En definitiva, la escritura nos acerca a una noción “antropológica” de poder. Si al principio de los tiempos su alcance abarcaba el mito o las primitivas formas de dominación social y atravesó por etapas en las que la posesión de instrumentos de grafismo suponía la incorporación a una élite, hoy la escritura es un medio habitual y universalizado de acercamiento humano, pero a la vez de independencia personal para interpretar el mundo que nos rodea.
Leer y escribir nos hace más libres, es decir, nos otorga más poder sobre nuestra propia vida para hacerla plena y única. Libros como esta Historia de la escritura pueden ayudarnos a entender el motivo.
Aparte de todo lo que se habla en el libro, propongo dos reseñas publicadas en mi blog hace un tiempo sobre escrituras no descifradas. La primera es realmente ¿un acrónimo? La inscripción de Shugborough, y la segunda es la escritura proto-elamita.
Louis-Jean Calvet nació en Bizert, Túnez, el 5 de junio de 1942, lingüista y ensayista francés, es actualmente profesor en la Universidad de Provenza Aix-en-Provence. Ha realizado múltiples investigaciones de campo en todo el mundo. Autor de más de veinte títulos, habla varias lenguas y lee un gran número de escrituras distintas.
Historia de la escritura (título original: Histoire de l’écriture, 1966, Plon) ha sido publicado por Austral en su Colección Contemporanea. Traducido del francés por Javier Palacio Tauste. Encuadernado en rústica sin solapas, tiene 272 páginas.
Cómpralo a través de este enlace con Casa del Libro.
Louis-Jean Calvet – Le poids des langues
Para saber más:
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