Archivo mensual: abril 2012

Valoran en Cuba rupturas y continuidades en literatura rusa actual

Escritores rusos coincidieron hoy en La Habana en que la narrativa y la poesía contemporáneas en su país se debaten entre rupturas y continuidades con respecto a la literatura del período soviético.

El narrador y periodista Zajar Nikolaévich Prilepin (1975) -invitado a la 21 Feria Internacional del Libro Cuba 2012- analizó en un salón de la fortaleza habanera de la Cabaña el estado de la literatura en la Rusia actual y aportó algunas reconsideraciones sobre la cultura soviética.

Prilepin manifestó cómo -tras la crisis de la década de los años 80 del pasado siglo- la negación total de la literatura canónica de la Unión de Repúblicas Socialista Soviéticas (URSS) dejó a las nuevas generaciones sin héroes y significó una renunciación a ciertos valores como el coraje y el patriotismo.

«Nosotros mismos nos hemos robado», dijo, y lamentó el desprecio de hoy por autores de la talla de Maxim Gorki o Mijail Shólojov (Premio Nóbel, 1965), quienes no discreparon abiertamente con el gobierno de los soviets.

Es cierto que se cometieron muchos errores entonces, pero eso no quiere decir que no existieran aciertos, señaló el intelectual.

Rememoró, además, la literatur

a de inicios de la última década del siglo XX, que recurrió a la ironía y la burla dirigidas a los mitos históricos y artísticos erigidos en la etapa precedente.

Esa tendencia fue superada -aseveró-, porque no se puede vivir eternamente en una atmósfera irónica; más tarde, el liberalismo ha vuelto a recurrir a grandes figuras de la historia para legitimarse, apuntó.

Hoy nuestros héroes nacionales son cantantes y conductores de televisión, cosa que crea disonancias entre muchas personas, concluyó Prilepin.

El poeta, enyista y editor Maxim Albértovich Amelin (1970) se refirió, a su vez, a la lírica surgida en los últimos 20 años, tras el desmembramiento de la URSS y la instauración del régimen capitalista.

Amelin consideró que actualmente en su país «hay más poesía que poetas» pues estos deben realizar otros trabajos para vivir.

Indicó asimismo que ya no existe el reconocimiento oficial, ni las tiradas editoriales masivas de la era soviética, aunque -opinó- en la actualidad existe una mayor libertad expresiva.

Actualmente, un poemario pocas veces excede los 500 ejemplares editados y los premios instituidos resultan materialmente insignificantes porque no hay un gran interés social por esta manifestación artística, explicó el vate.

En ese contexto, afirmó, proliferan otras vías para la difusión y la creación poéticas; entre ellas, las lecturas en vivo complementadas por videos y las grabaciones con acompañamiento musical.

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«El abuelo que saltó por la ventana y se largó», de Jonas Jonasson

La novela de Jonas Jonasson que originalmente se publico con el título de HUNDRAARINGEN SOM KLEV UT GENOM FÖNSTRET OCH FÖRSVANN es una novela realmente entretenida. Está traducida por Sofía Pascual Pape y por 20€ puedes pasar un muy buen rato.

Momentos antes de que empiece la pomposa celebración de su centésimo cumpleaños, Allan Karlsson decide que nada de eso va con él. Vestido con su mejor traje y unas pantuflas, se encarama a una ventana y se fuga de la residencia de ancianos en la que vive, dejando plantados al alcalde y a la prensa local. Sin saber adónde ir, se encamina a la estación de autobuses, el único sitio donde es posible pasar desapercibido. Allí, mientras espera la llegada del primer autobús, un joven le pide que vigile su maleta, con la mala fortuna de que el autobús llega antes de que el joven regrese y Allan, sin pensarlo dos veces, se sube con la maleta, ignorante de que en el interior de ésta se apilan, ¡santo cielo!, millones de coronas de dudosa procedencia.
Pero Allan Karlsson no es un abuelo fácil de amilanar. A lo largo de su centenaria vida ha tenido un montón de experiencias de lo más singulares: desde inverosímiles encuentros con personajes como Franco, Stalin o Churchill, hasta amistades comprometedoras como la esposa de Mao, pasando por actividades de alto riesgo como ser agente de la CIA o ayudar a Oppenheimer a crear la bomba atómica. Sin embargo, esta vez, en su enésima aventura, cuando creía que con su jubilación había llegado la tranquilidad, está a punto de poner todo el país patas arriba.

La edición en castellano de esta novela llega precedida de un éxito arrollador en toda Europa. Casi dos millones de ejemplares vendidos —de los cuales más de un millón en Suecia, donde fue Libro del Año y Premio de los Libreros— y presente en las listas de libros más vendidos en Italia, Francia y Alemania, país donde ocupa el puesto número uno al día de hoy, demuestran que estamos ante una rara avis. Jonasson ha urdido una historia extremadamente audaz e ingeniosa, capaz de sorprender constantemente al lector, pero el verdadero regalo es su personaje protagonista, Allan Karlsson, un hombre de un maravilloso sentido común, un abuelo sin prejuicios que no está dispuesto a renunciar al placer de vivir.

«Jonas Jonasson nos regala un personaje maravilloso. Un abuelo sin prejuicios que no está dispuesto a renunciar al placer de vivir.»

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